martes, diciembre 15, 2009

Nocte de Paz


Si Nocte ya obtuvo un rotundo éxito con su aclamada "Nocte de difuntos" antología de microcuentos ambientados en Halloween. Esperemos que esta nueva criatura "Nocte de Paz" antología de mini y microcuentos navideños tenga la misma acogida por parte de nuestro público lector.

Ver Nocte de Paz

Agradece como siempre la labor de mis compañeros de Nocte, y sobre todo la de Santiago Eximeno, que se curra la maquetación y publicación

jueves, diciembre 10, 2009

En el filo de la navaja

Al terror le gusta jugar en la cuerda floja, o si se prefiere otro lugar común, andar en el filo de la navaja. La incertidumbre es buena simiente. La ambigüedad es la madre, una de ellas, de la tensión. La fina capa que delimita locura de cordura es otro de los mecanismos que se usan en las creaciones terroríficas. En sí mismo no es un mecanismo de acción directa, más bien es un complemento a otros mecanismos, que crea un estrato de necesaria incertidumbre en el lector/espectador. Así como podemos crear una ambientación física, también podemos encontrarnos con una ambientación emocional, y ahí, el juego de la dualidad equilibrio/enajenación suele tener éxito si se maneja con naturalidad y sin estridencias.

El ejemplo más claro lo encontramos en la maravillosa obra de Henry James “Otra vuelta de tuerca”, en ella la incertidumbre que espesa los pensamientos del lector: ¿está el mal ahí de verdad? ¿O solo es la mente de la mujer que cae sin remedio al abismo del delirio? no encuentra aclaración.

En este momento ando leyendo la antología “Caricias de horror” (I Shudder at Your Touch) selección de Michele Slung, y dentro de este cajón de sastre uno encuentra una joya "Cuidando la casa" (Keeping house) de Michael Blumlein, un simple y efectivo ejercicio acerca de la maléfica influencia de una casa adosada a la vivienda de la protagonista. La dualidad maldad contra locura está bien llevada; uno no sabe si la protagonista se desliza por la pendiente que lleva la enajenación y la paranoia, o si la esencia del mal que ella percibe es real y se destila desde la otra casa, contagiándolo todo con su infección siniestra, separándola de lo que más ama.
El autor auna con buena mano dos de los iconos más poderosos de la literatura de terror: locura y la casa encantada, y es algo que puede resultar difícil, decididamente difícil de hacer sin caer en los tópicos. La descripción de la supuesta acción de la casa sobre su vecina y sobre la vida de la mujer es realmente escalofriante en algunos momentos. No hay fantasmas, maldiciones, solo una siniestra influencia que la mente, perturbada o no, de la protagonista percibe con claridad.

En estas viejas ediciones, en estas selecciones, el buen gourmet puede encontrar sabrosos platos. Por ello merece la pena arriesgarse a perder el tiempo buscándolas, el dinero comprándolas y la paciencia, a veces, leyéndolas.

jueves, noviembre 26, 2009

Elegía a un buen y viejo amigo

Podrá haber vampiros adolescentes que reluzcan cual estatuas de Miguel Ángel a la luz del sol. Podrá haber hombres lobo edulcorados que roban el corazón de la chica en sentido figurado y no formal, como debería ser. Hasta, y esto es lo último de lo último, habrá zombies narcotizados por el romanticismo más barroco y desapegado que uno pueda imaginar. La capacidad de nuestra inventiva para retorcer los mitos, para dotarlos de una nueva máscara que solo hace quitarle la ropa a un santo, para ponérselo a otro, es exasperante a veces.

No me considero un purista. Si el giro es creativo, innovador, inquietante, o simplemente está bien hecho y no pretende engañarme, entonces disfruto como el primero. Si no es así, entonces abogo por un apaga y vámonos sembrando cizaña en las mentes adocenadas de los becerros seguidores de las tendencias porque sí.

Por suerte, y digo por suerte, siempre me quedara mi viejo amigo.

Da igual que lo imposturen, da igual que lo satiricen… nada puede con él. Está tan arraigado en nuestro subconsciente que inútiles son las armas de la mordacidad, del infantilismo.
Da igual, cuando surge y reaparece lo hace con la fuerza de la marea que arrastra cualquier dique, con la potencia del trueno cuando retumba y se mete en nuestras tripas.
Hablo del fantasma, del espíritu, de la condensación de nuestra duda con el más allá: duda en cuanto a su existencia y a su cualidad. El fantasma ha recorrido un largo camino, el espíritu del muerto, del no encarnado, llamémosle como queramos, es un viejo amigo de los amantes del terror. Siempre ha estado ahí. A veces protagonista, a veces secundario, sabedor de su capacidad, de su esencia poderosa e inquietante. Él, en cuanto a la creación hablamos, no es un oportunista, es un depredador inexorable. No nace como un monstruo de la sublimación de algunos temores, de la corporeización de inclinaciones, sexuales, violentas, de dominio. No, nace de algo que va más allá. Nace de una duda, de un vacío, del desconocimiento formal de nuestro destino. Nace de lo que no es porque no se conoce, y eso siempre es el más horrible de los abismos al que uno pude asomarse. Y por ello es más inmune al choteo, a la burla y la sátira; por eso suele salir incólume de ellas, y, llegado el momento, hacernos sentir el más terrible de los escalofríos.

miércoles, noviembre 25, 2009

Crónicas desde la gripe J. Calabazas en el trastero: arañas

Lo de gripe J viene a cuento de que no sé si es A, B ó C... solo sé que estos dos días ha sido y es gripe J, con una gran J de jodida.
Pero a lo que íbamos.
Corran, corran de verdad. A Internet, a la librería, al kiosko; sea donde sea que puedan encontrar las antologías de Calabazas en el trastero, corran y cómprenlas: Entierros, Arañas, Poe
¿Y a qué viene este surtidor de euforia? Pues bien, se debe al hallazgo de un tesoro, de una perla valiosa y auténtica. Lo dicho, si ya cualquier aficionado al terror debiera hacerse con los tres números actuales de Calabazas, ya que es casi el único escaparate en el que los nuevos talentos pueden mostrarnos su valía, disposición y creatividad (junto a Sable, Paura y poco más); a ello se suma un valor añadido más: José Miguel Vilar-Bou y su relato "El laberinto de la araña" en la segunda antología dedicada a las arañas.
Toda antología es por definición desigual. Los relatos nos ofrecen un abanico de formas de narrar muy diferentes, tanto en temática, estilo y calidad. La calidad media de Los Calabazas es muy buena, en algunos casos espléndida, en otros arrastra la losa de un tema demasiado cerrado que hace que las historias suenen demasiado iguales, pero el relato de Vilar-Bou destaca sobre todos como un faro en la tiniebla de la costa. Es esta una razón más para lanzarme sobre su Alarido de Dios, nueva novela, en cuanto me sea posible.
Gracias José Miguel, en medio de la tos y el malestar me proporcionaste unas minutos de disfrute.

jueves, noviembre 12, 2009

¿Puedes matar a un niño?

Dentro del tono abiertamente desangelado que le di a la ponencia de la Hispacon, la Mitología del Horror. Hice alusión a un cierto paralelismo entre la figura del niño salvador, del niño conocedor, del niño puro… dentro de la literatura y el cine de terror, y su nexo con al figura del héroe mitológico. Hace poco, los que lo siguen lo sabrán, publiqué ene este blog una breve entrada hablando de la figura de los niños en las creaciones terroríficas. El círculo se ha cerrado esta semana con el visionado de ese clásico llamado ¿Quién puede matar a un niño?

El mundo del terror español le debe un homenaje a Chico Ibáñez Serrador. Su figura prosopopéyica es uno de esos baluartes en los que se escondió, y desde el que luego emergió, con fuerza y éxito, tan denostado género. Su labor en televisión fue encomiable, ofreciéndonos esas joyas que fueron las historias para no dormir. No menor influencia en nuestra generación, tuvieron todas aquellas películas que prologó con su estilo inconfundible, sus escarceos con la literatura… y, entrando en materia, aquellas que nos legó como creador cinematográfico.

De entre todas, emerge con una inquietante capacidad de sobrecoge ¿Quién puede matar a un niño?

Serrador, en realidad Juan José Plans, autor de la obra Juego de niños, en la que se basa el filme, se adelanta al menos en un año a King y sus Chicos del Maíz al crear una atmósfera de paradoja, al recrear un lugar en el que los patrones de conducta de los niños cambian por completo, trasladándose en el eje moral hacia el lado más oscuro y cruel. Abordada desde un punto de vista moral, como ya he dicho, nos pone en medio de una situación que conmueve nuestros principios éticos, y psicológicos más arraigados, aquéllos sobre los que pivota nuestro comportamiento en su esencia instintiva, obligándonos en cierto modo, como a los protagonistas adultos, a actuar en contra de lo natural y establecido cvomo correcto. Es este sin duda uno de los elementos de configuración del horror más efectivos que existe, la subversión del orden de las cosas, el cambio de papeles de lo conocido, sobre todo en términos emocionales y biológicos, esos que se nos dibujan como íntimos, indefectiblemente anclados a nuestros genes.

Un niño haciendo el mal de forma compulsiva e intencionada.

Esta conmoción psicológica, este reordenamiento apresurado de los principios y del comportamiento al que nos vemos obligados a recurrir como espectadores, se ven subrayados por el excelente uso del entorno. No solo la oscuridad y los ambientes cerrados son los únicos marcos adecuados para convocar al miedo. También el sol, el verano, los lugares abiertos, algo tan inocente y agradable como una playa mediterránea, ofrecen una referencia que, bien tratada, matiza y amplifica los efectos perturbadores del argumento terrorífico como tal. Uno llega a aborrecer el sol la luz, sobre todo el exceso de blancura de las casas del pueblo, símbolo extravagante de la pureza retorcida que destilan y esconden en su seno.

Quizá haya envejecido un poco mal, quizá en algunos momentos se abuse de un cierto efectismo (el juego de la piñata de los niños con el cadáver del viejo, la atonía exagerada de los chicos que los deshumaniza aún más si cabe). Aunque otros podamos definir algunas de esas escenas como poderosas imágenes cargadas de intención y osadía. Pero sigue siendo un referente del terror, junto a Los Chicos del Maíz, La Profecía y El Pueblo de los Malditos (de la que quizá en cierto modo beba en algunos momentos, obviamente en la versión inglesa del año 1962, basada en la novela de John Wyndham, The Midwich Cucos, 1957)

lunes, noviembre 09, 2009

Hispacon Huesca 2009

Terminó al Hispacon oscense y uno regresa a casa con un buen sabor de boca.

Par empezar, felicitar a los chicos de Oscafriki. Su trabajo debe quedar como un ejemplo claro de cómo se hacen bien las cosas. Sé que al principio hubo miedo, pero su seriedad y su buen hacer han dado como resultado un evento estupendo donde la gente se ha sentido muy a gusto y creo que el nivel ha sido alto.

También felicitar a toda la gente de Nocte, tanto por su amistad, incidiendo en aquellos que vieron premiado su esfuerzo creativo con varios de los premios Ignotus, y especialmente al amigo Emilio Bueso, que, cosa rara, se quedó sin palabras -de verdad, sin palabras- cuando le fue concedido el Domingo Santos con todo merecimiento. Ves, Emilio, siempre hay que seguir escribiendo, aunque parezca no conducir a ninguna parte... el camino es lo importante, luego el azar y la profesionalidad dan frutos a su manera.

Por mi parte me traigo a casa un sabor muy dulce. Mi primer monólogo del terror, en compañía de David, Roberto, Susana, Juan y Alfredo fue una experiencia gratificante, y por los comentarios, exitosa. Un cierto sabor más agridulce me traigo con mi ponencia, La mitología del horror, ya que me falló la concentración en su arranque, aunque luego todo fue e las mil maravillas, sobre todo las ideas que surgieron en el debate posterior.

Una Hispacon es el marco adecuado para conocer a esa gente a la que solo tratas mediante la electrónica, gente a la que tienes ganas de dar la mano, con la que compartir ideas y cerveza cara a cara. Hablo de Emilio, de Marc, de Ismael, de David, del otro David, Mateo (por fin nos conocimos en persona, tío), de Juan, Óscar, Alfredo, Fermín, Sergio, Miguel y compañía... porque seguro me olvido de muchos debido a mi nefasta memoria para los nombres.

Y una mención especial: un agradecimiento cariñoso a nuestras compañeras, esposas y novias, que estuvieron ahí aguantándonos bajo la lluvia de Huesca: pacientes y comprensivas.

Premio Domingo Santos 2009

Emilio Bueso por "El hombre revenido"

Premios Ignotus 2009

Mejor Novela: Día de Perros, de David Jasso - Ed. Hegemón

Mejor Novela corta: Cuarenta siglos os contemplan, de Sergio Mars - Grupo AJEC

Mejor Cuento: Lluvia sangrienta, de Roberto Malo - Mira Editores

Mejor Antología: Bebés jugando con cuchillos, de Santiago Eximeno - Grupo AJEC

Mejor Libro de ensayo: Del folletín al bolsilibro: 50 años de la novela popular española (1900-1950), de Fdo. Eguidazu - Silente

Mejor Artículo: Los dioses astronautas en la ciencia ficción, de Mario Moreno Cortina - BEM On Line

Mejor Ilustración: Día de Perros, de Cuca Baquero - Ed. Hegemón

Mejor Producción Audiovisual: Los Cronocrímenes, de Nacho Vigalondo (cine)

Mejor Tebeo: La legión del espacio, de Alfredo Álamo y Fedde Carroza

Mejor Obra poética: Las increíbles suburbanas aventuras de la Brigada Poética, de Alberto García-Teresa - Umbrales.

Mejor Revista: Hélica, de la Asoc. Cultural Xatafi

Mejor Novela Extranjera: El sindicato de policía Yiddish, de Michael Chabon - Mondadori

Mejor Cuento extranjero: El índice, de J.G. Ballard - Berenice

Mejor Sitio Web: BEM On Line - Grupo Interface

miércoles, noviembre 04, 2009

Truco o trato

Uno no comprende qué mueve el mercado de los estrenos cinematográficos. ¿Por que auténticos bodrios, que apenas tienen espectadores, y no me refiero a sesuuudas disquisiciones pseudointelectualoides con ínfulas de arte intemporal, sino a esas otras creaciones casposas y somníferas, pueden aparecer en la gran pantalla, y otras, como la película a la que me refiero van directas al estreno en DVD?
Incomprensible.
Pero la vida es así, Lázaro: injusta, dura.
Hay que ver 'Truco o trato', hay que verla en cuanto se pueda, cómprenla, alquílenla, si pasan de la ley y el orden, bajo su responsabilidad, descárguenla.
Quizá no sea una obra maestra, no, no tiene porqué serlo. Pero es una de esas sorpresas que nos reconcilian con el género. Es difícil ser original en los tiempos que corren, pero este filme lo consigue.
Diferentes historias entrelazadas entre sí, todas ambientadas en un mismo lugar, en un mismo tiempo, una escalofriante y divertida noche de Halloween. Una ciudad tipo, un barrio tipo, una fiesta tipo... en la que las cosas más increíbles pueden llegar a suceder. Cada personaje posee su alma, diferenciada, su carga simbólica e importancia. No sobra nada, ni una escena, ni un efecto, de los cuales, por cierto, apenas se abusa... Algo de agradecer en los tiempos que corren. La bases, bien firmes, son, por un lado la originalidad , y por otro la propiala narración, las distintas historias que se nos cuentan, que se alejan y entrelazan, que se interfieren o se hacen paralelas entre sí en armonía, con una precisión total, sin material sobrante, sin excesos.
Quizá en ella se huele el viejo y amable aroma del cine de los ochenta, del buen cine de la década prodigiosa, donde la calidad y el entretenimiento se conjugaban de forma armónica.

En aullidos
En almas oscuras

jueves, octubre 29, 2009

Nocte de difuntos

¿Qué sería de una Asociación de Escritores de Terror si llegada la Noche de Difuntos se quedaran quietos y sin hacer nada?
Así que nos pusimos manos a la obra, algo rapidito, sencillo y eficaz. Santiago Eximeno se ofreció amablemente a coordinar y dar el soporte adecuado al desbarre que pretendíamos crear, Gerard Tauste creó la espléndida portada. Y así, sin más, para su disfrute:

Nocte de difuntos [pdf para descargar]

El micro-homenaje de NOCTE a esta época de misterio, terror, apariciones, calabazas y diversión.

martes, octubre 27, 2009

Niños y terror

La creación de género terrorífico tiene desde siempre una estrecha e íntima relación con los niños. Niños y terror forman un gran tándem alq ue pocoas autores se han sustraido. Y no importa cuál sea el lugar que estos ocupen en la narración o filmación: víctima o verdugo.

Como víctimas es muy fácil empatizar con ellos y así meternos en la historia de pleno, sin esfuerzo: son niños... Con ellos que sucede lo mismo que con un cachorro de perro o de gato, hay algo en nuestro cerebro, atávicoy primario, que nos impulsa a la protección, al mimo, a la defensa. Añádase a esto, y no sé bien la causa —daría para un sesudos análisis— que siempre resultan más listos, más coherentes y cuidadosos que sus compañeros adultos. El niño víctima es un rival de cuidado para el elemento maligno de la historia. Quizá sea porque de forma inconsciente sabemos que hay algo en él que le pone más cerca del mundo irreal, sobrenatural, o roto, que se define en cualquier historia de terror; algo en su forma de ser que le hace moverse con facilidad en ese universo en el que la racionalidad, estúpida y fatua, del adulto es más un lastre que una ventaja. Y eso es una prerrogativa, un arma poderosa: conoce a tu enemigo y muévete sin ideas preconcebidas.

Y no digamos el niño como verdugo, como portador, heraldo, participante o protagonista del mal. Asistimos a la ruptura de la realidad natural, la quiebra de una de las reglas sociológicas más fuertes que existe. El terror juega con esas fracturas, las usa con mano experta, grietas por las que se cuela lo imposible, lo perturbador, y nada más perturbador que una criatura, por lo común inocente e inofensiva, dotada de la malvada inteligencia, de una voluntad firme y destructiva, de unos ojos cándidos y una sed de sangre y destrucción no contaminadas por ninguna educación.

lunes, octubre 26, 2009

La huérfana

No se la puede calificar al cien por cien como película de género. Pero "la huérfana", obra del director patrio Jaume Collet-Serra, es un buen ejemplo de ese tipo de historias que sin llegar a ser terror puro, se pueden considerar como ejemplo perturbador de lo inquietante.
No es original... ya lo sabemos; niña mala que aparece en la vida de una familia y se dedica a sacar toda la maldad que late dentro de ella, con mucha inteligencia y una mala leche imaginativa y proverbial, ¿y qué?
Pocas cosas originales hay por ahí.
Pero esto no debería ser nunca un elemento que denigre una obra. Por que lo que importa es el efecto que esta nos produce, y en mi caso Jaume Collet lo ha logrado, ha conseguido que me revuelva en el asiento, que quisiera irme del cine, no porque le película fuera mala, sino porque el desarrollo me producía una inquietud constante, un malestar punzante. Algo que solo recuerdo me produjo, en su tiempo, la joya de nuestro amigo Balagueró "Los sin nombre"
Buen desarrollo, una composición de personajes soberbia, una trama que no decae... una protagonista que nunca flojea, que logra, llegado un momento, producirnos un escalofrío con solo aparecer en la pantalla.

Un consejo, vayan y vean...

PREMIOS NOCTE 2009

PREMIOS NOCTE

La Asociación Española de Escritores de Terror (NOCTE), en su afán por premiar aquellas obras que por su calidad, temática y originalidad hayan destacado dentro del campo de la literatura de terror en 2008, han decidido convocar por primera vez los Premios Nocte de Terror.
Han sido muchos meses de propuestas y deliberaciones entre los miembros de Nocte. Había mucho material publicado y de gran calidad, algo que nos congratula y que esperamos que se repita en ediciones posteriores.
Aquí tenéis a los premiados:

Premio Nocte a la mejor novela Extranjera:
-“Déjame entrar” de John Ajvide Lindqvist (Espasa-Calpe, 2008)

Premio Nocte a la mejor novela Nacional:
-“Rojo alma, negro sombra” de Ismael Martínez Biurrun (451 editores, 2008)

Premio Nocte al mejor relato Extranjero:
-“El mejor cuento de terror” de Joe Hill (Fantasmas; Suma, 2008)

Premio Nocte al mejor relato Nacional:
-“Lluvia sangrienta” de Roberto Malo. (La luz del diablo; Mira editores, 2008)

Premio Nocte honorífico:
Se ha decidido por unanimidad ofrecer un galardón especial, como reconocimiento a toda su carrera, a Francisco Torres Oliver, traductor literario especializado en el género de terror. Se le brindará un homenaje especial y se le entregará una escultura de José Azul como trofeo personalizado.

Nuestra más sincera enhorabuena a los premiados. Sin duda, el reconocimiento a la labor es uno de los mayores premios a los que un escritor puede aspirar.

Asociación española de escritores de terror, Nocte

Enhorabuena a los ganadores

lunes, octubre 19, 2009

Lamento...

Una microentrada. Y es que tengo la costumbre de echar un vistazo de forma periódica en la tienda Cyberdark para ver qué novedades hay.

Conclusión:

Dios, damos una patada y nos sale de la nada crepuscular otra serie de romance sobrenatural. Nos inundan, nos ahogan en esa esencia rosa de sangre, nos abruman con la pasión desenfrenada del no muerto enamorado, de la impúber acosada por las fuerzas oscuras del erotismo macabro. ¿Qué diría Corín Tellado si levantase la cabeza?

Joder, entonces seguro que se la intenta ligar un vampiro vestido de Armani, modales de Oscar Wilde y con aromas a lo Jean Paul Gaultier.

Mientras tanto, ando a al espera de que el "landismo" saque a este subgénero de las cavernas y el romance sobrenatural casposo tome el poder.

viernes, octubre 09, 2009

Breves: Cthulhu 5, Fabricantes 2008 y Objetos perversos

Cthulhu 5:
Sin palabras... espléndido

Fabricantes de sueños 2008:
Pues que ya he recibido mi ejemplar de cortesía. Mi relato "El mazo", publicado en la tristemente extinta "Miasma", fue seleccionado como de lo mejor del año 2007. Debo agradecer la estupenda introducción de los seleccionadores, un alabanza, quizá inmerecida, o quizá no.
[Ver]

Objetos perversos, de Marc R. Soto:
Cito a mi compañero de Nocte en un proyecto recién parido por el mismo:

"Los objetos nos rodean por doquier: en nuestras casas, en la oficina, en las calles. Allí donde miremos, un objeto nos devolverá siempre su mirada fría, indiferente, mecánica. Estamos tan acostumbrados a su presencia constante que es posible que, en realidad, nunca los hayamos visto realmente
[...]
Sin embargo, de cuando en cuando sentimos algo al sostenerlos en nuestras manos o al detenernos más de un segundo a pensar en ellos: un cierto peso, un relámpago helado en las tripas, tan fugaz que es casi imperceptible, tan leve como el rayo de luz que, al escapar por la puerta entreabierta de un farol encendido, horada las tinieblas. Y al otro lado de esas tinieblas, tan sólo el objeto contemplándonos, ese ojo abierto y febril.
.."

Este nuevo proyecto es el blog "objetos perversos". Un proyecto que incide en esa otra manera de ver el mal con la que coincido plenamente: el mal en lo cotidiano, el mal difuminado y activo dentro de las cosas más habituales, al acecho, con un único objetivo...
Suerte con ello, Marc.

jueves, octubre 08, 2009

Voces del silencio, de Tabitha King

Hay libros que levantan expectativas, algunos las cumplen, otros lo hacen a medias y, por último, están los que te dejan escaldado en un caso, o simplemente decepcionado por haber perdido el tiempo.

Esto último es lo que me ha sucedido con la lectura de “Voces del Silencio”, de Tabitha King, esposa y compañera de nuestro viejo conocido. No soy de los que exige acción, acción y acción en cualquier creación literaria; no soy de los que andan quejosos porque en un libro de cuatrocientas o quinientas páginas no sucede nada relevante hasta más o menos la mitad, y noten que digo sucede, insisto, sucede; porque aunque no suceda nada, la maestría del autor nos puede seducir igualmente. El problema de esta obra es que, llegados a las doscientas páginas: no ha sucedido casi nada, lo sucedido no aporta atractivo, no hya seducción, y el mundo que la autora se empeña en retratar se desdibuja en una prosa farragosa, en una constelación de detalles sucesivos sin la menor relevancia o interés. Supongo que todo sucede en aras de generar un ambiente, de dotar a la narración de un marco o un espíritu, pero la sensación es la de que solo sucede eso, una puesta en el lugar, sin más, sin entrar en nada, sin ofrecer un universo atractivo, solo las pinceladas en un cuadro de segunda.

Cuando una creación carece de trama definida, cuando es una narración sin argumento, todo autor debe saber que se ha de ganar al lector con más empeño que si así fuera. Hay que ser bueno, muy bueno, para saber hacerlo. Hay obras cumbre de la literatura que funcionan así: “Señor y perro” de Thomas Mann, “Los cantos de Maldoror” de Lautreamont… Obras en las que la trama no es nada, el argumento es inexistente; divagaciones, diríamos, sí, peor divagaciones hermosas, que poseen esencia y contenido, no una mera concatenación de sucesos desdibujados que no conforman nada.

De todas formas, no todo el mundo piensa así, y hay algunas buenas críticas del libro.

Crítica en FantasyMundo

Por lo que quizá, deba volver a enfrentarme a la obra, porque a veces el estado de ánimo del lector puede influir en un primer acercamiento.

martes, octubre 06, 2009

Placer de Gourmet: Apparitions

Todos tenemos debilidades, unas confesables, otras que se pueden susurrar en la intimidad, otras que mejor dejarlas en su lugar del espíritu. De las confesables, les puede decir que una de las mías es cualquier ficción, documento, ensayo o estudio que tenga que ver con los exorcismos.

Quizá tenga que ver con al secreta fascinación que tiene para mí la acción de ese ente poco definido, quizá indefinible, llamado mal. Cualquiera de ustedes que haya leído alguno de mis relatos en el género del terror, verá que ese elemento es el eje, la presencia germinal: el mal como elemento presente en nuestra vida, algo sustancial, omnipresente y funesto. Y ya no solo el mal como una acción, una mera pulsión o elección humana, el mal más como elemento ajeno a lo humano, sobrenatural si se quiere llamar de esa forma.

La verdad es que mi forma de pensar me hace muy refractario, a nivel racional, a admitir la realidad de ese mal sobrenatural en cualquiera de sus variedades; pero como creador y observador de comportamiento, las creencias y cultura humanas, éste se me hace atractivo. Es apasionante como se ha lidiado y se lidia con el concepto en la historia pasada y presente, apasionante ver la capacidad perturbadora que posee.

¿Y por qué les digo todo esto? Porque ya hacía mucho tiempo que no disfrutaba de un acercamiento tan atractivo al tema de la posesión como el que se hace en la miniserie de la BBC “Apparitions

La virtud de la serie es la de abordar el tema sin recurrir al efecto fácil, a la espectacularidad, atendiendo a la trama y a la humanidad de los personajes, no en vano el problema de la posesión demoníaca es ese, la humanidad del individuo sometida a un ente externo que persigue su corrupción y la del resto de los seres humanos. Su virtud es la plausibilidad, la mínima suspensión de la realidad que se requiere para disfrutar de ella. La palabra clave sería elegancia; no hace falta recurrir a aterradoras escenas, a un espectro fascinante a una trama de espectáculo de variedades, de efectos especiales para inquietar, para hacernos pensar.

El trabajo de los intérpretes es impecable. Una lástima, o no, que solo se halle en versión original con subtítulos.

jueves, octubre 01, 2009

Notas breves

Dead Set.
La serie de zombies de la BBC me ha hecho reflexionar. Aparte de pasar un muy buen rato, ha logrado que le dé al caletre algo más de lo normal. ¿No se han dado cuenta de que este tipo de creaciones, sobre todo las cinematográficas, son las dignas herederas del cine de catástrofes ochentero? Si no observen su esquema, la forma de narrar, la manera de abordar los personajes.
Por cierto, se trata de una serie sin pretensiones y quizá por ello traspasa la frontera de esa supuesta sencillez y ofrece algo más que una simple gamberrada, un producto impecable.


Encuesta sobre monstruos.
Sí, la noticia sale en todos los noticiarios, telediarios y medios de comunicación. Esa pequeña nota friki que quiere ser el guiño desenfadado y divertido. Hoycinema ha realizado la encuesta en la que se preguntaba cuál era el monstruo de las producciones de ciencia ficción que más miedo les producía a los encuestados. El ganador al KO: "Alien" el babas, seguido del cariñoso "Depredador" y luego por los encantadores "Gremlins".
Al hilo me he preguntado cuál es mi monstruo.
No me iré por las ramas con sesudas disquisiciones, me remitiré a la experiencia, si no que se lo digan a mis tripas preadolescentes, viene de la mano de la serie "El misterio de Salem's Lot" y su inquietante vampiro Barlow a lo Nosferatu. Les aseguro que la escena de la celda de la cárcel, su repentina aparición, si bien hoy me produciría una sonrisa, en su momento me lo hizo pasar muy, muy mal. Creo que pocas veces monstruo alguno tuvo tanto efecto.

martes, septiembre 29, 2009

Sable - Especial Nocte

Y ya que nos hemos puesto, arrancamos fuertes.
Si hay alguien con capacidad, tozudez, profesionalidad y profesionalidad son Fermín Moreno y su compañera Blanca. Ambos, con la periodicidad que les permite su ajetreada vida, sacan adelante uno de los últimos ejemplos de revista dedicada a lo fantástico, en todos sus ámbitos de creación y géneros. Hablo, por supuesto, de Sable.
¿Qué es Sable? Pues desde mi humilde parecer, el último reducto de los irreductibles. Una revista amateur con presentación de profesional, una puerta a la creación, a la creación con calidad, pues les aseguro que el filtro que Fermín y compañía ponen no es precisamente permisivo.
Así que un nuevo número de Sable es una gran promesa.
Y a qué viene este panegírico. Pues a que este nuevo Sable, el número siete, es un especial dedicado a La Asociación Española de Escritores de Terror- NOCTE. Fermín nos arrojó el guante, y unos cuantos lo recogimos y se lo devolvimos.
Me siento afortunado, honrado y agradecido. Primero por ser quien abre la lidia. Y sobre todo teniendo en cuenta que el relato que les envié era un relato arriesgado, sin duda un relato duro, muy duro, no apto para todos los paladares; sino que se lo pregunten a mi esposa; todavía recuerdo la cara de fría estupefacción que me dedicó al terminar la lectura de "La necesidad del dolor". Es bueno, me dijo, muy bueno, pero te has pasado; les juro que me miraba como si de repente me hubiera convertido en un tipo muy siniestro...
Pero dejemos que sean los propios editores quienes hablen:

Por supuesto, una vez lo hayan leído, espero sus comentarios.


Es un honor poder anunciar la próxima salida de la tumba del número 7 de SABLE, especial NOCTE.


La necesidad del dolor – José María Tamparillas

Bajo París – Juan Ángel Laguna Edroso

Víctimas inocentes – David Jasso

El niño de las alas húmedas – Blanca Libia Herrera

Monstrios entre nosotros - Sergio Mars

Hamelín – Santiago Eximeno

El hombre que nos saludaba – Luis Sánchez Graiño

El ansia – Miguel Puente Molins

El ciclista fantasma – Roberto Malo

Siempre en mi recuerdo – Marc R. Soto

El recital – Juan Díaz Olmedo

Dial – Emilio Bueso

Hija de silencio y soledad – Fermín Moreno González

La portada es obra del increíble Jonas Biorn, y las 13 magníficas ilustraciones interiores han sido realizadas ex profeso por el grandioso Pedro Belushi.
Ya es posible realizar pedidos aquí: info_sable@wanadoo.es
72 páginas en formato A4. El precio es de 5,95 €


lunes, septiembre 28, 2009

El viejo Sur - Un coro de niños enfermos

¿Qué particularidad posee El Sur? ¿Porqué hay tantas y tantas buenas creaciones ambientadas en esta región de Estados Unidos?
Juega todo: la mezcla y convivencia de culturas y creencias, la peculiar idiosincrasia de sus gentes, la evocación constante de un pasado idílico que se truncó y que dejó una cicatriz que en muchos lugares no ha curado, la eterna visión de una sociedad anquilosada, pretérita, anclada en las tradiciones más variopintas, una naturaleza peculiar y sobre todo un espíritu de misterio y ensoñación que todo lo tiñe
Acabo de leer "Un coro de niños enfermos" de Tom Piccirilli, también acabo de terminar la primera temporada de "True Blood"... y si juego a recordar, me encuentro con otros tantos ejemplos (algunos menos afortunados que otros) "Entrevista con el vampiro", "El corazón del Ángel", "La serpiente y el arco iris", muchos de los relatos de Ambroce Bierce. Otros tantos títulos tanto de literatura como de cine, se quedan en el tintero.
Una buena recomendación el libro de Tom Piccirilli. Una novela poderosa que habla del pasado, de la familia, de las obsesiones.
Me gustan las creaciones que ahondan en la crudeza primigenia del hombre, las que saben describir sin pacatería las inclinaciones más pasionales, más animales, el constante enfrentamiento con la socialmente establecido... No esperen una novela con grandes dosis de tensión. El terror, el miedo se filtran en contadas ocasiones, pero lo hace con una capacidad de perturbación notable.
Quizá, de sacarle alguna pega, su único defecto sería el cambio de velocidad en la narración conforme el final se cierne sobre ésta. Quizá un poco más de regularidad, de pausa, la hubiera terminado por redondear.

jueves, septiembre 03, 2009

Básicos del terror: El tren de la carne de medianoche. De Clive Barker

Hay filias y fobias. A veces aparecen de la mano, inseparables, contradictorias como otros muchos aspectos del ser humano. Dicen que amar es odiar, y del relato de Clive Barker, “El tren de la carne de medianoche”, quizá podamos hacer un cuadro que expone esto que decimos.

Podríamos decir, en un primer acercamiento, que los protagonistas del relato son los dos personajes de carne, hueso y sangre. Pero la protagonista es la ciudad de Nueva York: un ente omnipresente, una sombra que oscurece cada párrafo, que es marco y protagonista.

Hablamos de un relato que bucea, como otros muchos del autor, en los miedos más atávicos del ser humano, atávicos, y por ello impregnados de un sabor animal, primario, que permite ese acercamiento visceral, brutal diría yo, que siempre es plato de buen gusto en dichas obras.

Ya el título no deja lugar a dudas. Sabemos a lo que nos vamos a enfrentar, solo nos cabe esperar que el autor resuelva bien, que algo tan manido como es el canibalismo, la muerte y la explotación más primaria de dicha muerte, nos impacte, nos sorprenda y no caiga en un mero juego de tópicos, de brutalidad por el mero gusto de la brutalidad, de algo tan tristemente en boga como ese irresponsable sentido de la provocación sin otro objeto que superar el límite de una provocación previa.

Y así es. No nos quedamos en la superficie, tampoco lo resuelve de una manera forzada e incompleta… algo que sucede, como ya dije, en la última versión cinematográfica. Y quizá sea esa resolución, el descubrimiento que hace al final uno de los co-protagonistas de aquello que habita las profundidades de la Gran manzana, de quiénes son y qué representan, aquello que más me ha agradado del relato.

Posee fuerza, coherencia y ese ligero grado de trascendencia fluida que a veces se hace necesaria en una creación de terror de tintes sobrenaturales.

miércoles, julio 29, 2009

Casualidades

Hace ya tiempo, en algún lado leí algo referente a las extrañas casualidades que acaecen en la vida de cualquiera. Estas sincronías, producto de la casualidad, a veces nos aturden por su aparente carga de causalidad. Y hablo de esto porque, en breve tiempo, he vivido dos de estas experiencias.

La primera fluye de este blog, de la anterior entrada en la que hablaba de esa 'desacralización' del terror. Surgió al poder ver una vieja y magnífica película: "el héroe anda suelto [Targets]", dirigida por Peter Vogadanovich, interpretada por un fantástico Boris Carloff, producida por Roger Corman. El filme enfrenta a una vieja gloria del cine de terror clásico ya cansado, con un asesino contemporáneo pleno de juventud y facultades: una especie de cara a cara entre lo que producía terror en el pasado y lo que produce terror en el presente. A cada escena, y sobre todo, al final de la película, surgía en mí esa extraña sensación de "esto yo ya lo había pensado antes, mira qué casualidad", lo viejo y lo nuevo, el cambio de marco con el cambio de creencias o la desaparición de estas...le paso d elos sobrenatural a la pura maldad humana. La película es recomendable, muy recomendable. El juego de espejos, el lenguaje subyacente, son un manjar para buenos degustadores.

La segunda vino mientras leía el libro "la bruja de abril" de Majgull Axelsson; la protagonista, una mujer inválida (entre otras cosas), posee la cualidad de salir de su cuerpo para entrar en los cuerpos de animales y personas, y lo que generó la casualidad, también se considera una "benandanti". El libro anterior a éste en la pila de lectura, se trata de "Historia nocturna" de Carlo Ginzburg, un historiador y antropólogo italiano; obra en la que realiza un largo e instructivo repaso de los antecedentes históricos, folclóricos religiosos y mitológicos del aquelarre; libro en el que se le da una gran importancia a este grupo de personas, los benandanti, nacidos en la Italia de los siglos XVI y XVII, que en los equinoccios poseían la capacidad de hacer salir a su espíritu del cuerpo físico, dormido, para sostener luchas épicas, armados con ramos de hinojo, contra las brujas, en lo que se supone es un culto/rito para proteger la fertilidad de las cosechas. La verdad es que esta secta, culto o como queramos llamarla, me causó interés al leer el libro del italiano, dado que no conocía su existencia, y el tema de las sectas heréticas, ritos y folclore brujeril siempre me ha atraído. Así que imaginen cuando el tema se repite justo en mi siguiente lectura.

En ninguno de los dos casos conocía la posibilidad de la existencia de las coincidencias. Aparecieron , ahí, sin más. En ambos la causalidad me sorprendió agradablemente.

viernes, julio 17, 2009

Secularización del terror

La Hispacón 2009 de Huesca —gracias, chicos y chicas de Oskafriqui— se acerca. Prometí exponer una ponencia, conferencia o como quiera llamársele, enmarcada en el pretencioso título La mitología del terror, uno de esos encabezamientos que dejan al ponente un gran radio de acción para explayarse deslizando la reflexión por un amplio espectro de posibilidades. Así que ando dándole al caletre, anotando mentalmente puntos, esbozos, futuras lecturas y líneas de trabajo o exposición.

Así pues, no será raro que, de aquí a noviembre, les dé la lata con alguno de estos desbarres, pues este blog se me antoja una buena herramienta para aclarar ideas.

Y ayer, sin ir más lejos, en una de esas noches de insomnio, apareció una de ellas. No es que sea nueva, ya recorrió fugaz mis neuronas alguna que otra vez, pero la oscuridad, la vigilia forzada, ayudaron a que, en lugar de venir e irse, se quedara un rato haciéndome compañía.

Y es que uno se da cuenta de que el proceso de secularización, de abandono de la visión trascendente e irracional del universo, ha trasladado su acción también a una de las múltiples formas de expresión del universo de lo numinoso, de lo trascendente, de lo “desconocido”: la creación de terror. Hay pensadores que ven en la literatura —y por ende otras variedades artísticas— de terror un mecanismo de fijación y reestructuración de los miedos e inquietudes ya superados por una cultura o sociedad. Estos miedos se superan, y sólo entonces toman cuerpo, controlados, para disfrute masoquista de lectores y lectoras. Hasta cierto punto estoy de acuerdo con esta visión, y digo hasta cierto punto, puesto que cuando se habla de esos procesos de superación, creo que son relativos, que se extrapolan a la generalidad desde un reducido ámbito de afectados, más centrados en el mundo cultural, de poder, de la élite de pensamiento de dicha cultura. En el fondo los miedos, la angustia, la superstición, sobreviven en un nivel primario de la masa, del hombre de a pie, superados en la superficie, todavía algo activos en el fondo.

Del mismo modo que el cosmos espiritual, el universo de creencias de la sociedad mutan, para lo que nos interesa en concreto: las causas del miedo y la angustia, también evolucionan. En este caso asistimos a una secularización, o mejor sería decir a un traslado del eje sobre el que se flexionan estos miedos, lo mismo sucede en nuestro ámbito de creación. La trascendente ya no aterra, al menos en todos sus aspectos, la muerte, los elementos más pedestres, del día a día —alienación, deshumanización, soledad…— o no tanto, como una ciencia cada vez más alejada, incontrolada en apariencia e incomprensible en su complejidad; un clima que ejerce de improvisada espada de Damocles en el inconsciente colectivo, la aparición de nuevas enfermedades, la presión ejercidas por otras culturas.

Espero, poco a poco, ir desarrollando esto en sucesivas entradas exponiendo ejemplos concretos.

martes, julio 14, 2009

Miedos

A veces uno recuerda. Se va atrás y revive los malos momentos que pasó de niño: recuerda esas noches de dos rombos, de terror setentero y clásico, la cabeza oculta tras el cojín protector, escondido debajo de la mesa, ante la mirada divertida de unos padres asombrados.
Luego los miedos se disuelven, se queda atrapados e el fondo cubiertos por una espesa capa de sedimento y experiencia. A veces, cuando algo nos conmueve de verdad, quedan al descubierto de nuevo de forma momentánea y, para nuestra sorpresa, comprobamos que hay terrores para los que no estamos vacunados, creemos que ya no nos afectan, pero esa inmunidad que hemos trabajado se ve resquebrajada y nos reubica debajo de esa mesa imaginaria, agarrados a un cojín también imaginario.

Y no siempre es un suceso, un relato, una escena.

A veces es algo tan simple como un cuadro.


Fascinación y miedo suelen ir de la mano. Fascinación que se cuaja ante la evidencia de la maestría del pincel, en comunión con la penetración emocional del autor. Miedo ante la plasmación de una realidad, en apariencia particular, pero que resulta ser paradigmática global: una patada en el alma. Miedo ante lo que esa metáfora visual nos transmite, miedo porque nuestro cerebro, mientras contemplamos el cuadro, trabaja a un nivel no racional, opera mediante símbolos e iconos. Se ve regulado por leyes que no obedecen a los paradigmas de la razón habitual: Nuestra corteza cerebral intenta tomar de nuevo el control, pero el hipotálamo se aferra a ese asidero momentáneo que le permite asumir una cierta cota del poder perdido.

De vez en cuando me relajo, tomo aire, busco en internet, en algún viejo libro de arte y me dejo envolver por el poder de Brueguel el Viejo y su “El triunfo de la muerte”. Hay algo en el cuadro que me fascina, me perturba y me absorbe. La realidad se somete a la tragedia. Es el fin sin ambages, ineludible, con toda la crueldad que se dibuja en un Apocalipsis. Nada escapa a la larga mano de la muerte, todo se corrompe, puesto que ya contenía en sí el germen de la corrupción. Ricos y pobre se igualan, bellos y feos, tontos y superdotados.

Es el terror extremo, es el fin, la desintegración. El triunfo del mal.

Pero es tan hermoso.

miércoles, julio 08, 2009

Quizá algún día

¿Qué hace que uno se ponga a escribir? Y más en concreto: ¿Qué hace que uno se ponga a escribir, así, sin más y por gusto, literatura de terror?
Supongo que todos los que creamos, o creemos hacerlo, nos hemos hecho esta pregunta de vez en cuando. Y ya puestos a suponer, las respuestas suelen ser de lo más peregrinas.
En mi caso debo decir que siempre he huido de esta pregunta. Y no por nada raro. Sólo porque no lograba concretar jamás una respuesta clara. Siempre acababa reduciéndolo todo a un peregrino “pues será porque me gusta”, o a un conjunto de tópicos enlatados del tipo “necesidad de aportar algo al mundo”, “sacar el universo interior al exterior”, “reinterpretar la realidad”… que era incapaz de creerme por mucho que me esforzara.
Para mí crear es una actividad placentera, sin más. Las historias germinan en mi cabeza como destellos, sin premeditación. Suele ser una palabra, una idea, un fogonazo. Poco a poco cobran vida, se organizan ellas mismas, sus personajes e intrigas. Reconozco que no hay nada que me agrade más que ver cómo, en el momento más extraño, surge esa solución, ese giro que rompe el nudo gordiano que retenía el desarrollo de una historia.
Raras veces releo lo ya escrito y terminado. Cuando lo hago, encuentro las historias extrañas y fascinantes, pero han perdido el nexo que las unía a mí mientras las iba pariendo. Es como si las hubiera escrito otra persona.
No sé bien porqué escribo. Menos porqué terror. Quizá debiera profundizar en ello algún día: ver qué es lo que hace que encuentre más sencillo expresar aquello que late dentro vistiéndolo con ese ropaje.
Quizá algún día.

jueves, julio 02, 2009

Cuando un buen final lo es todo...

Hace ya bastante tiempo que devoré de forma compulsiva la serie de antologías de relatos de Clive Barker [Sangre y Libros Sangrientos] que publicó Martínez Roca. Cada obra era una golosina cargada de diferentes sabores, contrapuestos algunas veces, una insospechada mezcla que, y eso me sorprendió, se equilibraban en una extraña armonía. Los relatos de Barker se definen a la perfección diciendo de ellos que son intensos hasta la nausea e imaginativos hasta el éxtasis. Hablamos de un autor que en las distancias cortas se puede definir de genio. Pero, a tenor de mis propios intentos de lectura, y de los comentarios de otros aficionados a los que escucho siempre con respeto, cuando se pone delante de una novela, no logra la magia que nos hechiza en los relatos.

Y esto viene a resultas de que, por fin, hace poco pude hincarle el diente a la versión cinematográfica de “El tren de la carne de media noche”. Podría hablar de la película en sí; decir de ella que despertó una ambivalencia molesta; que el director confundió el concepto de impactar con el de regodearse; que a veces la angustia y la obsesión del protagonista se me contagió… Pero no, no hablaré de nada de eso. Hablaré de cómo un director puede hacer una obra decente, para al final deshacer todo, cerrar la historia con un supuesto golpe de efecto de burla, anticlimático, absurdo, pobre… se me escapan los apelativos, los epítetos y los adjetivos.

En la literatura y el cine hay obras en las que la trama, el conjunto central domina y apaga la conclusión. Ésta no es más que un dejar discurrir el argumento que se apaga de forma natural. Normalmente en toda creación relacionada con el terror, la parte final posee más peso específico que cualquier otra. No digo que sea más importante, un mal planteamiento, una mal nudo, aunque el desenlace sea exuberante, nos desalientan y empobrecen la calidad de la obra . Un mal final, apresurado, un final sin reflexión, un final pegote para salir del atolladero, aunque sea supuestamente impactante, no empobrece, literalmente destroza lo bueno que antes pudiera haber habido. Todo creador de terror debe saber que, cuando comienza a parir una trama, al menos, si ya no lo tiene desde un principio bien cerrado y planteado, debe encontrar EL FINAL al menos al llegar a la mitad de su labor, sino, se corre el riesgo de caer por un precipicio, presas del pánico, del ¿cómo lo cierro? Lo bueno es que la mayoría de las veces las historias, si son buenas, poseen un o varios finales naturales y fluidos. Lo malo es la ceguera o la chapucería de algunos autores que no saben explorar para buscarlos.

Les aconsejo leer el relato de Barker y luego ver el film. Y no me digan que el lenguaje cinematográfico, su desarrollo, impiden hacer las cosas bien…

Y tengan cuidado en el Metro, mucho cuidado si cuando se reflejan en el espejo se ven apetitosos.

viernes, mayo 22, 2009

A la vida [terrorífica] de nuevo

Y es que ya necesitaba una purgación, no sólo de terror vive el hombre. Dado que había notado una especie de sarpullido, una constante irritación que surgía cada vez que atacaba una nueva lectura que al final resultaba frustrante, una desgana a la hora de ponerme a escribir... decidí realizar una limpieza, una temporal profilaxis mental. No es bueno enajenarse, centrarse en un sólo tema, y creo que es algo que hice y que espero no volver a repetir.
Así que me reconcilié con viejos amigos, recupere amigos perdidos e hice nuevos amigos.
Así que con la pilas cargadas, de nuevo al ataque, sin excesos, claro...

Y que mejor vuelta que una nueva reseña del especial "Entierros" de Calabazas en el trastero.
La ha realizado Fco. Lone Morera, para la excelente página "Sedice".

Me tomo la libertad de transcribir la parte que a mi me concierne:


Si tuviera que quedarme sólo con un relato de esta antología, me quedaría sin dudarlo con esta "Cosecha de Huesos" de José María Tamparillas. Antes he comentado que el terror humano me genera más angustia que el sobrenatural, bien este relato es una de las excepciones a esa regla. El relato empieza de una manera muy normal y tranquila, en la que el protagonista empieza a sacar huesos de una granja que ha heredado.

Poco a poco, como en un relato de Poe, la situación va cambiando paso a paso, mutando la ambientación rural y natural, por un ambiente cada vez más sobrenatural, desquiciando al protagonista, y al lector que lo acompaña, para acabar con una escena final y una última frase lapidaria, como merecen las grandes historias. Es el relato más largo de la antología, cosa absolutamente necesaria, con menos extensión hubiera tenido que terminar muy precipitadamente o desarrollar menos la ambientación y el personaje principal, pero se hace perfectamente llevadero.

A uno le da alegría saber que ha obtenido parte del efecto deseado con su creación.

martes, abril 28, 2009

Cthulhu nº 4: cómic y relatos de ficción oscura

Abandono momentáneamente mi silencio en el blog para anunciar la próxima salida al mercado del número cuatro de la revista Cthulhu.


Como viene siendo costumbre, y ello se lo he de agradecer a los editores en pleno por su confianza casi ciega en mi obra, en ella aparece uno de mis relatos: "La Llorona" un homenaje a esta figura mítica, a este arquetipo del horror popular.

Los amantes del buen cómic oscuro encontrarán una nueva hornada de historias con las obras y el espíritu creativo del maestro William Hope Hogdson como telón de fondo y sostén: todo un buen augurio, cosa que unida a la calidad manifiesta de los autores, nos va a deparar una obra de calidad superlativa, sin duda; una demostración que que Cthulhu se va convirtiendo poco a poco en un referente contemporáneo en el género.

Abran boca con un avance en la web de Ediciones Diábolo

jueves, marzo 26, 2009

Queja silenciosa II

Continúo con la misma cantinela o lamentación. Quejarse es muy español, tan español como hacerlo sin ofrecer soluciones, tan patrio como hacerlo buscando una teta a la que agarrarse y prostituirse...
Ismael, compañero en Nocte, lo deja claro en el comentario al hilo de la entrada anterior a esta.
Busquemos donde busquemos, no encontramos una obra maestra del terror -actual- ni aunque escarbemos con denuedo o nos esforcemos en bajar algo, sólo un poco, el nivel. Ya no hablo de modernización del género, de búsqueda de nuevas formas narrativas, me centro en lo esencial: en ese sentimiento de ahogo, de sana envidia, de fascinación, de temblor que una buena obra nos produce. No un mero apalancamiento en el tópico ¡qué original! ¡Qué buena idea!
Uno intenta racionalizar la búsqueda de razones, y se encuentra varias... unas mejores que otras.
¿Nos hemos vendido a la comercialidad? No sé, para ello el género debería ser comercial. Este elemento influye más en las obras que las editoriales traen de otras latitudes. Aunque es de sobra evidente que argumentos, subgéneros y formas narrativas se pliegan a estructuras muy específicas, a tendencias más estéticas, tirando el concepto de estético por el de moda más que por el de belleza, claro está.
El género de terror es un género que se autofagocita en una espiral recurrente; recurre a sí mismo, no sale de su madriguera del fandom, del pasado, de los maestros que han creado afición y adicción, de los homenajes que sólo nos sumergen en una camino de endogamia. Reconozco que es un lastre difícil de dejar de lado. Los lectores de terror, por infortunio, parecen ser adictos a una sola droga; todo lo que se salga de su dosis deseada es desterrado. Sé que es una generalización, y que como tal pude ser errónea o como poco desafortunada, pero cada vez que entro en foros, releo revistas y antologías y las reacciones que concitan, termino por doblegarme a ella, entristecido.
Ismael tiene razón. la actual generación de escritores de terror debemos desprendernos de viejos lastres [me incluyo en la lista negra, uno como creador también peca y se somete a ciertas tendencias, pues la inercia es muy fuerte].
Los creadores de terror actuales debemos salir de nuestra guarida cómoda y adocenada; necesitamos desprendernos del tufillo de autosatisfacción que cercena la necesaria capacidad crítica. Hay que leer, mamar, disfrutar y aprender de todo tipo de literatura. Estudiarla, analizarla, ver qué hace que haya obras espléndidas más allá de su mero argumento o inclusión en una inmunda lista de "géneros", reciclarla, digerirla y asumirla en nuestra labor de creación.
Repito, nos quejamos [y no sin razón] que el género de terror está metido en un agujero que pocas editoriales y lectores osan hollar. Decimos que somos unos incomprendidos, no sin buena parte de razón, pero poco se puede hacer si intentamos quitarnos esas cadenas ajenas a nosotros sin ofrecer un producto de calidad literaria.

miércoles, marzo 18, 2009

Queja silenciosa

La palabra más acertada que describe la sensación de fondo que domina a un aficionado a la literatura, y en concreto a la de género —de terror— es “desencanto”. A veces uno tiene la ocurrencia de que tras el apellido se esconde una gran suma de mediocridad mal disimulada. Llevo demasiado tiempo tragando basura catalogada como lo contrario. La percepción general es la de que, si el asunto está etiquetado y encorsetado en un dominio bien definido por el fandom, por el mercado editorial, por la costumbre… el nivel de exigencia se diluye como el buen alcohol en un mal combinado. El género terrorífico tiene muchas rémoras: sociales, artísticas, culturales, pero una de las fundamentales es su mayoritaria falta de calidad. Uno tiene la certeza de que todo vale: vale una buena idea, una idea supuestamente original, fantástica; u otra que juegue en los bordes del buen gusto, que juguetee con la polémica o sobrepase fronteras; sin olvidar aquellas otras, miríada insoportable, que meramente se quedan en un aluvión de párrafos cuajados de expresiones sombrías, de un goticismo trasnochado y vacío.
Y es que esto es algo perdonable en aquellos que dan sus primeros pasos. Todos hemos experimentado, copiado estilos; todos nos hemos dejado llevar por el frenesí que despierta una idea especial en nuestra mente creadora… Sí, pero debe llegar la hora en la que apliquemos un concepto que va más allá, un concepto que convierta una simple idea en literatura, a secas, sin apellidos:
Profesionalidad.
Y no hablo de vivir de la literatura, eso es difícil, hablo de aplicarse en serio sobre lo que se escribe, de no quedarnos en meros espantajos con los que pasar el rato y asustarnos de la misma forma que lo hace un niño de diez años.
Contar una historia es algo hermoso y laborioso; no solo se ha de tener en cuenta la musa, el ardor creativo, la imaginación desatada. También hay que aplicarse con esas otras cosas más serias, aburridas y costosas como son la gramática, el estilo, la ortografía, la corrección, el uso del lenguaje, el estudio de las tramas y de los personajes…
Tantas cosas que echo en falta en gran parte de lo que he podido ir leyendo a través de estos años.
¿Y a qué viene este exabrupto?
A que anduve leyendo los Cuentos de Ernest Hemingway, que ahora ando enfrascado con la deliciosa y profunda lectura de Torrente Ballester y sus Gozos y Sombras, a que apenas encuentro ejemplos así reflejados en los metros de anaqueles llenos de obras de terror y similares. Quizá no deba preocuparme, aparentemente los objetivos de ambas literaturas son paralelos, pero diferentes, pero el mero placer de la lectura, la introspección posterior, me dicen que no, que la calidad y el buen hacer, el genio—aunque sea en minúscula—, si se me permite, es tan necesario en un camino como en otro.

jueves, marzo 12, 2009

Agradecimientos y autobombo

Dos colegas y compañeros se han molestado en plasmar su opinión acerca de la antología "Calabazas en el trastero".
Sergio Mars, crítico inmisericorde y exigente, en su blog Rescepto indablog, y Juan de Dios Garduño en "El argonauta".
Agradezco los elogios. "Cosecha de huesos" es una de esas creaciones impulsivas que nació y creció nada más haber recibido la propuesta de colaboración en el número dedicado a los entierros, con fuerza, como si ya existiera de antemano en mi pobre imaginación:
Les dejo con los comentarios

Uno de mis cuentos preferidos de la antología es “Cosecha de huesos”, de José María Tamparillas (autor al que ya publicamos un cuento relacionado con un entierro en el número 5 de Rescepto). El texto nos presenta a Lucas, un labrador pobre en cuyos terrenos no deja de exhumar huesos. Me atrae por dos motivos. Por un lado, hay una escena hacia el final que se erige como la más impactante (para mí) de la antología, mientras que el resto del relato se sustenta en un uso bien medido de motivos recurrentes y la cuidadosa arquitectura del esquema clásico de presentación, nudo y desenlace.

Sergio Mars [Rescepto, reseña completa]

Creo que nos encontramos ante uno de los mejores relatos de esta antología. Ya de por sí, leer este relato merece la compra del libro. Terror psicológico rural, con un personaje sólido. Magnífica lapidaria frase: La tierra llama a los muertos.

Juan de Dios Garduño [El argonauta, reseña completa]

Gracias a ambos.

miércoles, marzo 11, 2009

Déjame entrar

La literatura de terror bucea en los rincones oscuros, en algunos casos bordea las fronteras y llega a convertirse en un trasunto que se acerca a la pura literatura psicológica. la búsqueda del miedo, de la producción del miedo y la inquietud, ofrece muchos senderos, siendo el mestizaje, usando un término muy de moda, que no el concepto, que ya es añejo, una de sus armas fundamentales.

Déjame entrar es un excelente ejemplo de ese mestizaje, de esa mistura delicada y precisa en el que vemos el clasicismo revisitado, renovado en cierto modo, aderezado con elementos comunes a la literatura contemporánea que hacen su lectura absorbente, cargada de interpretaciones.
Recomiendo, no, exijo, a cualquier amante del terror hacerse con este ejemplo de buen hacer; nos reconcilia, nos ilusiona. Quizá se deba a la frescura de la novedad, pues últimamente la literatura nórdica, con esa visión de la vida, de la sociedad y del comportamiento humanos, tan particular, ha irrumpido con fuerza en las mesas de las librerías y los anaqueles de los lectores.

John Ajvide Lindqvist rebusca en la cotidianidad más dura. Enmarca una historia de vampirismo, en otra, fascinante de deseo, soledad, crudeza y sufrimiento. No hay lenitivos, tanto en la figuración sobrenatural, como en el entorno social y personal. No hay adornos, no hay pagos a una visión mitificada del monstruo, si acaso una cierta introspección más emocional que ontológica, que subraya la diferencia esencial, la crueldad necesaria, intrínseca a la supervivencia.

La novela funciona como una precisa maquinaria, complicada, pero perfectamente ajustada. Quizá a veces nos aturda la propensión del autor hacia el detalle en los personajes, por muy fugaces que sean, por ese seguimiento, casi puntilloso de sus pensamientos y acciones. Sin embargo eso nos acerca, nos sumerge de forma obsesiva, aunque incómoda, en el universo personal que se nos retrata.

Lo cierto es que ha sido un grato descubrimiento. Un aviso de que cualquier creador puede contar todavía mucho y bien: el río no se ha secado.

P.D.
Y la película, la primera, la europea, parece tener excelentes críticas... la esperamos con ansia.

domingo, marzo 01, 2009

Ejercicio de estilo

Todo creador tiene referentes, también maestros, y además algo de lo que no debe sustraerse: ejemplos de diversos estilos de escritura. Da igual si posee ya un estilo definido, jamás debe dejar de aprender, da igual si luego aplica o experimenta, al menos tiene la obligación de observar y constatar esas otras formas de narrar que puede dejar un residuo beneficioso en su forma de escribir.
¿A qué viene esto?
Debido a una convalecencia, he tenido bastante tiempo para leer como hacía años que no podía por falta de ese mismo tiempo. Y en estas que volvió a caer en mis manos una de las obras más peculiares del maestro Hemingway: París era una fiesta.
El autor norteamericano debe ser siempre un referente para cualquier escritor. Uno de palpar, saborear su peculiar estilo, esa forma directa, sencilla —que no por ello fácil— y hermosa de contar. Si se escriben relatos, los suyos son el mejor ejemplo de la perfección en su concisión y estilo, narraciones en las que el peso recae sobre el diálogo, apenas descriptivas, y no por ello menos pobres en emociones y fuerza. Decirlo todo sin describir apenas nada, una bandera que de vez en cuando debemos ondear, forma de expresión a experimentar para pulir nuestra propia capacidad de concisión y profundidad.
Como escritor centrado en la narrativa de terror, no viene mal dejarse llevar por la forma de expresarse del genial autor, separarse momentáneamente del natural apego hacia la fanfarria sobreadjetivada, la descripción, el ambiente y centrarse en la trama, los personajes, sus sensaciones, acciones diálogos y silencios.

viernes, febrero 06, 2009

Lecturalia: homenaje a Poe [La última función]

Alfredo Álamo contactó con algunos de sus conocidos para colaborar en un improvisado homenaje a Poe en el espléndido blog 'Lecturalia', dedicado a la literatura.
A toda prisa improvisé un cuentecillo -relato ultracorto- en el que intenté mezclar algunas de las obsesiones y pulsiones del genial creador. Hoy por fin lo veo en el aire.
'La última función'

lunes, febrero 02, 2009

Hace 200 años...

Hace doscientos años que nació el señor Edgar Allan Poe.

No voy a entrar a desmigajar una pobre biografía, o un epigrama que cante sus excelencias porque sí. Hace unos días, dándole vueltas al caletre, buscando ideas que usar en una mesa redonda a celebrarse en La Fnac de Zaragoza el día diez del presente, descubrí cuál era para mí ese aporte sustancial del gran escritor norteamericano a la literatura de terror.

No era su uso del lenguaje, exquisito, cuidado y maravilloso.

Tampoco la originalidad de sus cuentos.

Era otra cosa, una recuperación.

Recordemos que el estilo generalizado, el último triunfador en la creación de relatos de terror era la Ghost Story, evolución y renovación, simplificando un poco, de la anterior Novela (Y cuentos) Gótica. La Ghsot Story acercó el terror a lo cotidiano, pero perdió una cierta intensidad, no dramática, esa la mantuvieron los buenos autores; me refiero a una intensidad pasional. La Ghost Story es en sí bastante fría, muy británica, desemocionalizada y desapasionada... la única emoción que se permite es la del miedo. Lo cual hace que, a pesar de su factura impecable, muchos de sus relatos no acaban produciendo ese estallido pasional en el lector, sino un mero escalofrío producto de la suspensión de la realidad, si esta ha existido.

Poe arregla esto, recoge la pasión, la profundización psicológica en las emociones de los personajes y las imbrica en la modernidad adquirida por el género del terror. Poe hila el delicado equilibrio que ha de mantenerse entre el argumento, el estilo y la caracterización de los personajes. Estos no son meros narradores fríos, son víctimas apasionadas, rasgadas por profundas tensiones psicológicas y emocionales.

En eso Poe fue, es un maestro que abre caminos.

martes, enero 27, 2009

Básicos del terror: 'El pararrayos' de Melanie Tem

Creo que no hay una pérdida de tiempo más grande que ponerse a discutir acerca de si hay literatura femenina y masculina —escrita por mujeres vs. escrita por hombres—. Sin embargo es algo que se viene haciendo y mucho, da juego, mucho juego. Pero no les voy a hablar de esa consideración particular. No. Quiero hablar de originalidad, de la capacidad de innovar sin necesidad de experimentar hasta quebrar el sentido y la forma del relato de terror. A veces se puede innovar bebiendo en argumentos originales, en visiones de pequeños detalles de la vida cotidiana, pasiones, inclinaciones, vicios, carencias u obsesiones.

Si puede busquen a cualquier precio el relato de Melanie Tem ‘El pararrayos’. Aparece en la antología de terror ‘La piel del alma’ de Lisa Tuttle, Colección Cara Oculta en la editorial Mirach. Es un libro descatalogado, una rareza centrada en el terror moderno en manos de mujeres.
Como toda antología es desigual por naturaleza, muy dependiente de los gustos particulares del lector, pero de partida nos ofrece la perla que quiero comentar aquí.

Originalidad. Es un concepto escurridizo cuando se habla de él, pero claro y distinto cuando se descubre y percibe. Este relato rebosa originalidad en su argumento; es la demostración de que el terror, la inquietud, pueden nacer desde perspectivas insólitas. La protagonista es una mujer que ha nacido par sacrificarse, para evitar el sufrimiento a sus seres más cercanos absorbiéndolo ella misma. Es el acto de amor supremo, primero hacia su padre, luego hacia su marido, por fin hacia su hijo pequeño… una capacidad o don que ha transmitido a su hija.

No voy a adelantar más. Sólo anotar que el trabajo de un autor es explorar, descubrir nuevos nichos, transformar elementos de la realidad cotidiana, no sólo mecánicos, sino fundamentalmente emocionales, reorientarlos para conseguir una innovación y una frescura tan necesarias para la evolución del género literario del terror.

lunes, enero 26, 2009

Calabazas en el trastero: Especial Entierros

Bueno. Otro de mis hijos, del cual me siento especialmente orgulloso, va a salir a la luz en papel en la antología "Calabazas en el trastero".

Aghradecer a los organizadores y antologistas su confianza, y felicitar a mis compañeros.


La primera convocatoria de Calabazas en el Trastero concluyó el pasado 30 de noviembre tras recibirse 36 obras válidas a concurso. De ellas se han seleccionado las siguientes trece que compondrán la primera antología de la colección, la cual llevará por título "Entierros":

...y evitar los malos pensamientos (Manuel Mije)
Certificado de defunción (Manuel Osuna)
Cosecha de huesos (José María Tamparillas)
De cómo el señor alcalde acude al debate nocturno de Budd (Juan de Dios Garduño)
El cruce de la música (Francisco Jesús Franco Díaz)

El tratado de Michael Ranft (Miguel Puente Molins)
Es mi trabajo (Sergio Mars)
La procesión de las plañideras (Jorge Mulero Solano)
Moroaica (Juan José Hidalgo Díaz)
No somos nada (Laura Luna)

Todo es empezar (Pedro Escudero Zumel)
Una tumba vacía (Juan Ángel Laguna Edroso)
Y llorarán por ti (José Ignacio Becerril Polo)



La antología ha sido prologada por el escritor de Nocte Juan José Castillo y lleva portada de David M. Rus.

La organización quiere destacar la elevada calidad de las obras presentadas y agradecer la buena acogida que ha tenido el proyecto. Asimismo, recuerda que ya está en marcha la segunda convocatoria del concurso, cuyas bases podéis consultar pinchando aquí.

Para cualquier duda, está abierto el correo electrónico del certamen (calabazas@abadiaespectral.com) y un foro público que encontraréis pinchando aquí.

martes, enero 20, 2009

'Escalofríos': barato, sencillo... y efectivo

En los tiempos que corren el terror, lo mismo que muchos géneros llamados ‘populares’, ha pasado a poseer como fundamental medio de expresión al cine. Cada medio tiene sus técnicas, sus modos de operar, influenciar y mostrar, su narrativa simplificando. Aunque las bases son las mismas, aquello que nos produce miedo, inquietud, angustia, horror, asco y terror es general, la manera de usar y abordar, puede diferir en su expresión.

De un tiempo a esta parte uno se cansa de ver, cómo en el cine, parece bastar una buena idea y un montón de especialistas en efectos especiales para considerar que se tiene una buena baza de juego; cómo el peso recae en efectismos, en sutilezas tecnológicas y de diseño. (Mención aparte las producciones alimenticias, véase remakes, precuelas y secuelas que ni voy a considerar). Por eso, cuando llaga a mis manos —ojos— una de esas películas cuyo poder de fascinación recae en el guión, en el enfoque, en la simplicidad… y funciona, funciona bien y dignamente, entonces me alegro y me reconcilio y me siguen madurando las ganas de ver más y arriesgarme.

Algo así ha sucedió con ‘Escalofríos’ (Wind Chill) Dirigida por Greg Jacobs e interpretada por Emily Blunt y Ned Bellamy.

Se trata de una simple historia de fantasmas, de venganza y de lugares malditos. Una historia manida, un argumento visitado y revisitado, y que sin embargo, si se sabe manejar, si se innova en la forma de narrar, en la calidad del guión, en la atmósfera, si se retorna a lo sencillo, sin grandes alharacas tecnológicas, entonces, repercute como un martillazo en el espectador.

He repetido la palabra sencillez, y no me cansaré de hacerlo. Me gusta la sencillez en el terror, es un buen camino que hace que sea más simple penetrar en la historia: uno se compara con los protagonistas, rebusca en la memoria los paisajes conocidos que se extrapolan a los mostrados, siente que es más fácil generar empatía, y sobre todo, más fácil dejarse llevar por la suspensión de la incredulidad. En el fondo es seguir ciertas vieja reglas bien descritas por aquellos maestros de la ‘Ghost Story’ y que ya me habrán leído repetidas veces: personajes con los que podamos sentirnos cercanos, escenas cotidianas...etc.

Cuando se elige la vertiente fantástica del terror hay que tener cuidado para no obtener una simple obra de fantasía. Es el terror lo que debe primar, y todo buen autor de tal género debe saber esconder, disimular, minimizar los fastos que cargan en la balanza el peso de lo fantástico en cuanto me refiero a fantástico a la forma de mostrar los acontecimientos, no a los acontecimientos en sí.

Es una buena recomendación, sí, merece la pena perder el tiempo con esta película que ni siquiera se estrenó en los cines y fue a parar a los anaqueles y almacenes de la distribución directa en DVD.

¿Por qué? Por que es lenta, porque no se adapta a las convenciones manoseadas del género, no hay sangre, no hay casi sustos fáciles, escenas visuales aterradoras a cámara ultrarrápida, no hay efectismo hueco…

miércoles, enero 14, 2009

Arquetipos: payasos

Hace unos pocos días, en un programa televisivo dedicado al mundo de lo sobrenatural, ocultos y sospechoso [véase ‘Cuarto Milenio’], se habló de las fobias y miedos que producen algunos objetos cotidianos e inertes: en concreto el tema se centraba en la figura de los payasos.

Apenas nada relevante que destacar, si exceptuamos la impresionante puesta en escena y presentación, en la sarta de obviedades y lugares comunes con las que los comentaristas y el director del programa nos castigaron. Tan sólo la relación entre el hecho de que el muñeco, el payaso, es un ser que usa una máscara, algo que oculta, que no nos deja ver el fondo real de las personas y por ende del universo…

Sin embargo no puede dejar de pensar en ello. La fuerza simbólica del payaso está ahí. En eso tenían razón; es una fuente de miedo e perturbación muy común, demasiado común. Conozco a mucha gente, conocidos, amigos y hasta familiares que sufren esta, si no fobia, al menos sí inquietud. La literatura y el cine (de terror) han explotado dicho símbolo a placer, con mayor o menor éxito.

¿A qué puede deberse, me preguntaba?

¿Máscara? Sí, podría ser una respuesta. La máscara es oculta algo que alguien quiere que no veamos, disimula, cambia el aspecto y por ende la personalidad. Ese alguien quiere engañarnos, y nuestro subconsciente nos impele a temer el engaño, a ser precavidos y preguntarnos por qué, con qué intención se nos quiere engatusar.

Sin embargo se me vino a la mente otra posible causa más centrada en el propio personaje del payaso.

El payaso es la trasmigración del bufón, su evolución histórica. Se le está permitido todo. En cierta manera un payaso no obedece a las reglas, las subvierte con el objeto de hacernos reír. Sí, un payaso destila ternura a través de algunas de sus acciones, pero no olvidemos que él también juego con la crueldad y el dolor, con la falsedad y el engaño. Todos recordamos esos gajs en los que un segundo personaje es objeto de todo tipo de barrabasadas, de acciones que en la vida real estarían mal consideradas e incluso serían reprobables y punibles. Existe una deliberada y rebuscada brutalidad en muchas de estas escenas ‘graciosas’, a lo que se suma esa especie de capacidad mágica para pasar por encima de las reglas materiales (no sólo las morales). Ese espectáculo alimenta y apacigua nuestros impulsos primarios, alimenta nuestro lado oscuro y doma nuestra propia tendencia hacia la crueldad. Por su puesto, en el momento que el espectáculo se acaba, salimos del circo, apagamos el televisor, las reglas vuelve a tomar el control, el exceso y la crueldad están sometidos al imperativo de la convivencia, de la ética.

Pero la figura del payaso sigue ahí, hincada como un paradigma de que es difícil desembarazarse. Y entonces se convierte en un intruso, en un peligroso compañero de habitación que en cualquier momento puede reaparecer, y con él su comportamiento impredecible, sádico y dañino. Es un perfecto foco de miedo, de inquietud, es poderoso, despiadado, habituado a buscar los puntos débiles y aprovecharlos… sólo que cuando está ahí, colgado de la pared de nuestro dormitorio, escondido entre otros peluches, al acecho, su compañero en los juegos macabros es uno mismo y no cualquier otro payaso.

Creo que ahí reside el poder de fascinación del payaso, esa fascinación negativa, claro.

jueves, enero 08, 2009

Un encuentro inesperado

Hay autores que poseen una visión prodigiosa de los hombres, los lugares y la sutil e intensa relación que los enmaraña entre sí, haciéndolos un solo ente. Hay autores con una visión crítica portentosa, capaces de encarar y mostrar la realidad, cruda, sencilla, vital o moribunda, ya sea con una narración dura, precisa y al mismo tiempo llena de armonía, como con otra cristalina, agridulce y optimista.
¿A qué viene esto? Pues a que todo buen lector de buena literatura tiene la nueva oportunidad de echarle la mano a dos maravillosas obras recién reeditadas en español del premio Nobel John Steinbeck. Me refiero y en el orden correcto a “Cannery Row” y su continuación “Dulce jueves”, ambas reeditadas por Terapias Verdes S.L.
Ambientadas en la ciudad de Monterrey, en ellas Steinbeck perfila una épica de la vida sencilla, desquiciada y lúcida de un conjunto de personajes atractivos. Es una narración que flota sobre las hojas, marcada por una ironía constructiva, por un sentido peculiar de la existencia.
No quiero explicar más. Si mi palabra y mi gusto tienen algún valor para alguno de los que lean esto, háganme caso, corran a comprar cualquiera de estos dos maravillosos libros.
Yo he esperado casi diez años para encontrar la primera de estas obras; tuve la suerte d econseguir “Dulce jueves” en una librería de viejo hace ese tiempo. Y desde entonces he corrido como un loco de librería en librería, ya fuera virtual o palpable, sin éxito… sin éxito hasta hace unos días, cuando “Cannery Row” cayó en mis manos temblorosas.
Hay una sensación especial que sólo tenemos los amantes de los libros. Esa que surge cuando descubrimos una joya perdida, un amigo desconocido que nos espera en un estante, silencioso y expectante, sabedor de que el destino lleva preparando el momento tanto, tanto tiempo.
Lean, lean… disfruten.