martes, septiembre 25, 2012

CHARLIE MARLOW Y LA RATA GIGANTE DE SUMATRA

Alberto (Alberto López Aroca) me pide que os anime a echarle un vistazo a su nuevo proyecto "CHARLIE MARLOW Y LA RATA GIGANTE DE SUMATRA".
Se trata de un proyecto de crowdfunding a través de la web de Lanzanos.
La verdad es que, después de pasármelo en grande con sus "Zombis de Camford"  no me resulta ni violento ni gratuito hacerme eco de este hecho.




El enlace del crowdfunding es este, y lleva toda la información, la sinopsis, e incluso un vídeo donde cuento de qué va la novela:



Y el enlace de la página de facebook:


viernes, septiembre 21, 2012

Perlas o muñecas rusas

A veces la licencia literaria gusta de tener una duplicidad, el juego de la idea y la palabra se deja domar por dos arquetipos, llamémoslos así, que contienen y definen.

Ando de relectura, por gusto, por añoranza. La elegida, una de mis novelas de terror favoritas, por no decir que la favorita: "Fantasmas", del autor Peter Straub. Ya he hablado de ella en el blog alguna vez, por lo que no entraré a decir más que me sigue pareciendo magnífica. La saco a colación en una nueva entrada porque en ella se me he encontrado con uno de esos recursos literarios que, bien manejados, hacen de la lectura un ejercicio estimulante y hermoso. El relato dentro del relato, la digresión de uno de los personajes que deja de ser personaje puro y se convierte en narrador, en trasunto, en émulo del escritor, en extensión escrita...

En este caso se trata de una escalofriante y sencilla historia de fantasmas y de perversión dentro de otra historia de fantasmas: un cuento a la manera clásica salpicado con elementos que en ningún caso son propios, al menos en una lectura superficial, del cuento tradicional: incesto, maltrato, vampirismo espiritual (sí, permítaseme el palabrejo...).

Lo he leído esta noche, y su lectura me ha traído a la memoria otros ejemplos de perlas en la ostra, de muñecas rusas encajadas una dentro de otra, que me dejaron anodadado. Uno de ellos es el clásico entre los clásicos, el juego de matrioskas por excelencia: "Mansucrito encontrado en Zaragoza", de Potocki. El otro, uno de mis referentes literarios, otra de esas relecturas obligadas: "El halcón maltés" de Hammet.

De la obra de Potocki poco puedo decir, si quisiera hablar de la historia en la historia, en la historia, en la historia..., en la historia, nunca terminaría. Simplemente, léanlo. Pero de Hammet, oh, sí, de él sí recuerdo a Bridgett escuchando a Spade relatando la parábola (considerarla parábola no es imaginación mía..., más gente lo ve así), la parábola de Flirtcraft.

 Érase un hombre trabajador, vulgar, del montón, un hombre como cualquier otro, con una existencia aburrida, una familia como cualquier otra, con deseos y necesidades vulgares, arbitrados y mediocres. Érase un hombre que nunca se ha planteado analizar su existencia, que se dejaba llevar. Érase un hombre que, un día, salió de su casa a hacer lo que hacía cualquier jornada, y que, en el camino, estuvo a punto de morir aplastado por una viga: acontecimiento brutal y aleatorio, acontecimiento señero. Un hecho  -señal- que determinó que reflexionase y decidiera, dado lo extraordinario de tal  augurio, que era necesario empezar de nuevo, cambiar su existencia, borrar de un plumazo su pasado y reiniciarse. Érase un hombre que aparece al cabo de los años. Un hombre que se ha casado de nuevo, que ha encontrado un nuevo trabajo: érase de nuevo un hombre anodino y vulgar, de nuevo el mismo rostro en un marco gris apenas diferentes al anterior marco, de nuevo del montón, anónimo, vacío. Todo cambia para que todo siga igual.

Quizá la historia escondida dentro de "Fantasmas" no tenga la intensidad, la profundidad psicológica de la de Hammet. Pero sí posee un resabio de perversión contra natura, de maldad absoluta que, espero, le guste a quien lo lea. Una pequeña joya del horror, un cuento de vampiros modernos, de los que no necesitan sangre, de esos otros que corrompen el alma con ponzoña y luego se alimentan de ella.

Y mientras seguiré a la busca de la perla, de la muñeca diminuta dentro de la otra muñeca, como buen lector.

martes, septiembre 18, 2012

El héroe derrotado

Nos gustan los héroes. Hay una veta genética que nos hace admirarlos; que, en muchos casos, busquemos imitarlos, adquirir algo de su naturaleza mítica, atemporal; algo de su fuerza, algo de su terquedad. 

El héroe ha dado mucho juego en la literatura (también en la de terror), y de la misma forma que su arquetipo imaginario, ha ido mutando, adquiriendo nuevos matices, apellidos y prefijos…, pienso, por ejemplo, en el “antihéroe” un héroe matizado, algo sucio, fosco, pero héroe al fin.

Nos gusta, nos han educado para esperarlo, que el héroe venza, que sea el protagonista del victorioso final. Si no es así, buscamos que no ceje, que no se rinda que, aunque haya sido derrotado, que sea esa una derrota momentánea, una derrota preludio de lo que seguramente será una victoria grandiosa. El héroe nunca pierde le fe ni la esperanza…, duda, sí, puede dudar, puede mostrarnos su debilidad momentáneamente para mostrárnoslo más humano, pero al final las dudas se disuelven sin remedio en la tormenta  de la catarsis final. 

La armadura del héroe viene dada por su estricta concepción de la realidad y de las reglas que le relacionan con ella; no caben grietas.  El héroe es el dueño de la verdad, de ahí su fuerza. Por eso, unode los mecanismos más atractivos de la creación es el de mostrar la “caída” del héroe…, aunque más que de derrota habría que hablar de el encuentro con la lucidez  —el héroe en pocos casos es derrotado, sino que cambia el eje sobre el que giran sus expectativas y obligaciones—, encuentro con la verdad objetiva que se manifiesta contraria a su verdad subjetiva, una nueva verdad que sojuzga y conmueve, que resquebraja.

Lo inconmovible se conmueve. Eso es…, y esa conmoción tiene un especial atractivo para el creador: el desarrollo del proceso de mutación, el choque del idealismo con lo real carente de matices éticos, solo real, pragmático. O en el caso del terror el choque entre al concepción mecanicista y positivista del mundo contra esa otra, sobrenatural, trágica y depredadora. Un choque que disuelve a la persona, la anula y al mismo tiempo nos anula a nosotros: espectadores que empatizan con el héroe aniquilado.

miércoles, septiembre 12, 2012

Semblanzas y reportajes

Ando leyendo a Gay Talese, sus "Retratos y encuentros". La frontera que divide el arte del periodismo se difumina cuando este tipo de Nueva York arremete contra el papel y se saca de la manga unos artículos exquisitos.

La voz, es la voz que a muchos periodistas de por acá les falta (en lugar de voz es grito), la voz y un cierto distanciamiento por no decir aversión al juicio. Talese no juzga, Talese escribe lo que ve, lo que interpreta del personaje, de su entorno, de su quehacer:le da la forma adecuada, esculpe los hechos y las apreciaciones y nos los muestra sin recato, pero con respeto

En España apenas uno encuentra obras así. Este ha sido y es país de opúsculos, panegíricos, letrillas y pliegos: todos cargados de adulación, de sorna o de desprecio. La ecuanimidad es una característica de la que se huye como alma que lleva el diablo; ser ecuánime, en este país, significa aparentar blandura, mostrar raciocinio, y no, no señores, de raciocinio, de equilibrio, ecuanimidad y racionalidad no se vive, solo se reciben palos. Y si hablamos de ecuanimidad y buen gusto..., joer, la cosa entonces se pone muy fea, y la labor del que busca se convierte en un paseo por el laberinto de Dédalo con el Minotauro al acecho tras cualquier recodo.

Talese, Mailer, Hunter S. Thompson... incluso Papini, mi querido Papini. Por lo menos a uno siempre le quedan estos amigos.

jueves, septiembre 06, 2012

Un par de noticias promocionales y una recomendación

Hola a todos. Después del verano, de dejar atrás una suerte de pereza que aparecía cada vez que me acercaba a un teclado, vuelvo a la carga con algunas cosillas sueltas de relativa importancia.

La primera es la más reciente. Kachi, el inefable editor de saco de Huesos, me ha mandado un mail avisándome de que ya se ha puesto a la venta en formato electrónico (fb2, epub) mi antología "Carne de mi carne" al módico precio de 4€ (entrar a la ficha en la editorial). Una gran noticia, pues soy de los que apuestan por el formato digital. Ya solo falta que la obra salga a la venta en Amazon, lo cual ocurrira lo antes posible.

La segunda es la puesta a la venta ya de la antología editada por Edge en colaboración con NOCTE  "Las mil caras de Nyarlathotep", en la que colaboro con el desbarre "Caperucita Roja y el circo de los susurros", sí ese relato híbrido del cuento de hadas y la vesania cósmico-positivista de Lovecraft. Son solo 9.95€ y se puede encontrar en la FNAC, Cyberdark, así como en la propia editorial Edge.

Y la recomendación:
Esta vez abandono el terror y me sumerjo en mi otro género: el negro, y además, para satisfacción, en el producto nacional. 
Hablo del escritor Alexis Ravelo y la, hasta ahora, trilogía dedicada al ínclito "Eladio Monroy". Ambientada en Canarias: historia potente, castiza, delicada y al mismo tiempo inteligente.Un protagonista inolvidable, con personalidad propia, bragado y tierno; astuto y cabal. Lectura entretenida y con enjundia.
  • Tres funerales para Eladio Monroy 
  • Solo los muertos 
  • Los tipos duros no leen poesía