Creo que no hay una pérdida de tiempo más grande que ponerse a discutir acerca de si hay literatura femenina y masculina —escrita por mujeres vs. escrita por hombres—. Sin embargo es algo que se viene haciendo y mucho, da juego, mucho juego. Pero no les voy a hablar de esa consideración particular. No. Quiero hablar de originalidad, de la capacidad de innovar sin necesidad de experimentar hasta quebrar el sentido y la forma del relato de terror. A veces se puede innovar bebiendo en argumentos originales, en visiones de pequeños detalles de la vida cotidiana, pasiones, inclinaciones, vicios, carencias u obsesiones.
Si puede busquen a cualquier precio el relato de Melanie Tem ‘El pararrayos’. Aparece en la antología de terror ‘La piel del alma’ de Lisa Tuttle, Colección Cara Oculta en la editorial Mirach. Es un libro descatalogado, una rareza centrada en el terror moderno en manos de mujeres.
Como toda antología es desigual por naturaleza, muy dependiente de los gustos particulares del lector, pero de partida nos ofrece la perla que quiero comentar aquí.
Originalidad. Es un concepto escurridizo cuando se habla de él, pero claro y distinto cuando se descubre y percibe. Este relato rebosa originalidad en su argumento; es la demostración de que el terror, la inquietud, pueden nacer desde perspectivas insólitas. La protagonista es una mujer que ha nacido par sacrificarse, para evitar el sufrimiento a sus seres más cercanos absorbiéndolo ella misma. Es el acto de amor supremo, primero hacia su padre, luego hacia su marido, por fin hacia su hijo pequeño… una capacidad o don que ha transmitido a su hija.
No voy a adelantar más. Sólo anotar que el trabajo de un autor es explorar, descubrir nuevos nichos, transformar elementos de la realidad cotidiana, no sólo mecánicos, sino fundamentalmente emocionales, reorientarlos para conseguir una innovación y una frescura tan necesarias para la evolución del género literario del terror.
Si puede busquen a cualquier precio el relato de Melanie Tem ‘El pararrayos’. Aparece en la antología de terror ‘La piel del alma’ de Lisa Tuttle, Colección Cara Oculta en la editorial Mirach. Es un libro descatalogado, una rareza centrada en el terror moderno en manos de mujeres.
Como toda antología es desigual por naturaleza, muy dependiente de los gustos particulares del lector, pero de partida nos ofrece la perla que quiero comentar aquí.
Originalidad. Es un concepto escurridizo cuando se habla de él, pero claro y distinto cuando se descubre y percibe. Este relato rebosa originalidad en su argumento; es la demostración de que el terror, la inquietud, pueden nacer desde perspectivas insólitas. La protagonista es una mujer que ha nacido par sacrificarse, para evitar el sufrimiento a sus seres más cercanos absorbiéndolo ella misma. Es el acto de amor supremo, primero hacia su padre, luego hacia su marido, por fin hacia su hijo pequeño… una capacidad o don que ha transmitido a su hija.
No voy a adelantar más. Sólo anotar que el trabajo de un autor es explorar, descubrir nuevos nichos, transformar elementos de la realidad cotidiana, no sólo mecánicos, sino fundamentalmente emocionales, reorientarlos para conseguir una innovación y una frescura tan necesarias para la evolución del género literario del terror.