Y es que ya necesitaba una purgación, no sólo de terror vive el hombre. Dado que había notado una especie de sarpullido, una constante irritación que surgía cada vez que atacaba una nueva lectura que al final resultaba frustrante, una desgana a la hora de ponerme a escribir... decidí realizar una limpieza, una temporal profilaxis mental. No es bueno enajenarse, centrarse en un sólo tema, y creo que es algo que hice y que espero no volver a repetir.
Así que me reconcilié con viejos amigos, recupere amigos perdidos e hice nuevos amigos.
Así que con la pilas cargadas, de nuevo al ataque, sin excesos, claro...
Y que mejor vuelta que una nueva reseña del especial "Entierros" de Calabazas en el trastero.
La ha realizado Fco. Lone Morera, para la excelente página "Sedice".
Me tomo la libertad de transcribir la parte que a mi me concierne:
Si tuviera que quedarme sólo con un relato de esta antología, me quedaría sin dudarlo con esta "Cosecha de Huesos" de José María Tamparillas. Antes he comentado que el terror humano me genera más angustia que el sobrenatural, bien este relato es una de las excepciones a esa regla. El relato empieza de una manera muy normal y tranquila, en la que el protagonista empieza a sacar huesos de una granja que ha heredado.
Poco a poco, como en un relato de Poe, la situación va cambiando paso a paso, mutando la ambientación rural y natural, por un ambiente cada vez más sobrenatural, desquiciando al protagonista, y al lector que lo acompaña, para acabar con una escena final y una última frase lapidaria, como merecen las grandes historias. Es el relato más largo de la antología, cosa absolutamente necesaria, con menos extensión hubiera tenido que terminar muy precipitadamente o desarrollar menos la ambientación y el personaje principal, pero se hace perfectamente llevadero.
A uno le da alegría saber que ha obtenido parte del efecto deseado con su creación.