jueves, octubre 25, 2012

Hurgando en las tripas de la creación

El premio y el relato
Con motivo de la concesión del premio Nocte al mejor relato nacional a "La necesidad del dolor", Juan Ángel Laguna Edroso, en representación de Saco de Huesos, la editorial que publicó "Carne de mi carne",  la antología donde aparece el relato (y recordemos que también en el número especial dedicado a NOCTE de la revista Sable, editada por Fermín Moreno), me propuso escribir una líneas hablando de dicho relato. Explicando a mi modo qué me llevó a escribirlo, de dónde saqué la idea, qué mecanismos usé..., o lo qué es peor a la hora de exponer: qué buscaba obtener del lector.

Lo cierto es que me dio plena libertad para escribir a cerca del proceso creador alrededor del relato.

Lo que expongo a continuación son la líneas que sustraje a la imaginación y a la memoria, un juego entre inocente y presuntuoso -un autor suele ser siempre un poco inocente, y un mucho presuntuoso al hablar de su obra- que intenta ejercer de improvisada explicación o disección de algunos de los puntos que anidaban en el inconsciente mientras emborronaba la pantalla del ordenador con semejante engendro.

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Por uno de esos incalificables derrapes del destino, el relato “La necesidad del dolor” inserto en la antología “Carne de mi carne”, ganó este año (2012) el premio Nocte al mejor relato nacional. Mis editores —Saco de Huesos— me han sugerido que intente en unas breves palabras explicar qué me llevó a escribir dicha obra, qué mecanismos use, qué detonantes se presentaron para que lo elaborara de esa manera concreta.

Este breve opúsculo, porque no es otra cosa sino un aburrido opúsculo, trata de explicar dichas cuestiones con un éxito relativo, puesto que, muchas veces, querer aprehender la creatividad es un deseo vano, fútil, abonado al fracaso o como mínimo al enredo.


Pero vamos allá:

La sociedad del hedonismo es esencialmente una sociedad egoísta, aunque, probablemente, sería mejor dejarse de generalizaciones, puesto que dicha sociedad, además, también es individualista y por ello el todo está supeditado más que nunca al individuo, a su goce codicioso. Quizá, como individuos, hayamos dado el paso que va más allá de esa denominada “cultura de la satisfacción”, hayamos dado ese paso que hace que la expresión, ese pilar sociológico, se afine y complete llegando a convertirse en “la cultura de la satisfacción a ultranza”.

Obviamente todo comenzó con el impulso hacia lo material: alguien implantó en nuestra maleable mente una necesidad viciosa y compulsiva por lo material, por una continua y alocada carrera; instiló el deseo y luego nos ofreció la solución al malestar nacido de ese deseo: el consumismo, el placer inmediato de poseer, sin más, poseer sin una necesidad concreta, de poseer fácilmente, casi sin esfuerzo, de poseer y no quedarnos satisfechos con la mera posesión, sino anhelantes ante una falso concepto de cambio y mejora que hace que deseemos esperar poseer lo siguiente que se nos ofrece. Se trata de un juego satisfacción-insatisfacción, perverso. Vivimos en una sociedad que se articula, económica, social y psicológicamente sobre esos cimientos: poseer, elaborar necesidades y deseos para luego calmarlos y completarlos durante un breve instante antes de que la insatisfacción vuelva a hacer mella en nosotros, a toda costa, exigiendo un mínimo esfuerzo por ello.

Es obvio que el paso de lo material a lo que no es material se debió dar en algún momento del proceso, en un día indeterminado de la historia, puesto que lo material, sin duda es una de las herramienta que nos permite manejar y acercarnos a lo inmaterial. Es obvio que alguien alguna vez, en algún lugar dio un paso esencial: el paso que le llevó a cambiar el eje sobre el que rotaba la percepción de esta realidad. Y así, el “puedo poseer, puedo hacer realidad mis deseos y a colmar mis necesidades, la sociedad me permite hacerlo” se convirtió en un “tengo derecho a poseer, tengo derecho a hacer realidad mis deseos y colmar mis necesidades, además la sociedad —cualquiera— no se puede interponer en ello” y lo que es peor, no solo en lo que a lo material respecta, sino en lo que a otras necesidades mucho más esenciales y etéreas se refiere…poseer es un derecho inalienable en el sentido más general del concepto de posesión.

El placer.

“La necesidad del dolor” nace en ese caldo de cultivo:

Habla del placer, cuando el placer es una necesidad enfermiza que se alimenta del dolor.

Hay quien dice que solo cuando la sociedad ha pervertido e hipertrofiado su afinidad, su apego, su gusto por el hedonismo, cuando ha caído en la cuenta de la vacuidad intrínseca del placer a toda costa, abriendo las puertas a ese invitado incómodo llamado aburrimiento, solo entonces, el germen del sadismo y el masoquismo germina con plenitud y tiñe con su brutal impronta los deseos y acciones de algunas personas. Placer y dolor son anverso y reverso de una misma moneda para ellos…, están tan unidos que uno involucra al otro necesariamente: uno no es, sin más, sin el otro; y la consecución del uno no se entiende sin la presencia del otro.

“La necesidad del dolor” parte de esta premisa. La exagera, la pervierte. La lleva al extremo en el que la necesidad del binomio placer/dolor, una necesidad de diseño elaborada en nuestra mente, se encara con el impulso natural insertado en los genes. Hablamos de dos fuerzas primigenias, intensas, poderosas e irrenunciables: lo artificial frente a lo instintivo. Y nada más instintivo, visceral, que el amor de una madre, la sumisión de todo por y para la nueva vida: seguridad, comodidad, alegría, deseo; todo sometido por el nexo inmaterial madre/hijo.

En el relato se sucede un enfrentamiento brutal, descarnado, que subvierte finalmente las reglas no escritas de la ley natural. El resultado de dicho enfrentamiento las rompe de una forma trágica y perversa. Y es sabido que cuando las leyes naturales, las leyes, en general, en el sentido antropológico —quizá folclórico—, son subvertidas, el orden global se tambalea, el equilibrio se rompe a su vez y, es por ello que se abran de par en par las puertas a lo sobrenatural; el fino pero resistente velo que separa ambos mundos se agrieta y permite que uno, el sobrenatural, penetre en el otro a sangre y fuego, lo contamine y, en cierta manera, ejerza de terrible e improvisado Demiurgo que castiga, aniquila y restaura el equilibrio a su manera torcida y aterradora.

Esto es, en esencia, lo que forma la base del relato. Los pilares sobre los que se sustentan esas pocas e intensas páginas. Algo que nos hace preguntarnos entonces dónde reside el horror en él: en el suceso en sí, o en las consecuencias que tal suceso desata. Eso lo deciden ustedes: los lectores.

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Si además del texto, queréis leer la breve introducción de Juan en su espacio en "Ociozero": blog Edit-ando, os dejo el enlace aquí.
También os dejo los enlaces a las entrevistas que tanto Fernando Martínez, como Javier Quevedo Puchal me hicieron, hablando de "Carne de mi carne", en las que también hablo un poco de lo mismo desde otras perspectivas.

jueves, octubre 18, 2012

Renglones torcidos - algo negro

No soy muy amigo de insertar mis obras en el blog. Pero en este caso creo que debo hacer un aparte.
Se trata de un relato breve, un relato negro que escribí con motivo de un de concurso organizado por un espléndido bar de Zaragoza, con un tapeo más que excelente,  que se llama La Republicana: "Cuéntale un cuento a la Republicana".
No gané, pero quedé entre los seleccionados para aparecer en un mini-libro electrónico. Algo más que suficiente

Y lo pongo porque se trata de un acercamiento a la literatura negra, otra de mis pasiones; porque me apetece que, una vez en el aire, no se pierda en el dédalo delolvido literario...; y cómo no, por ese ego propio del artista: entre presuntuoso e inocente.

 
La ganadora, para que quede constancia,  fue Angélica Morales.

miércoles, octubre 17, 2012

Urnieta: XXX Hispacón y premio Nocte

Lunes. Es lunes... o martes, no sé; y después de vivir la semana de Pilares y el fin de semana en Urnieta, de visita en la Hispacón del 2012, mi cuerpo quiere venir a decirme que anda cojitranco, algo vacío, nebuloso, diría yo..., o diría él, o quién sabe.

Sin embargo uno se vuelve con buenas sensaciones, buenos momentos, buenos recuerdos. Y es que lo mejor de estos eventos, quizá antes que los actos en sí, suele ser la gente: toda esa gente que lo organiza y que deja de lado su vida para hacer un poco mejor la tuya, esa otra que apenas ves durante el año, gente a la que no conoces en persona y a la que, al fin, pones voz, sustancia y una sonrisa; también a la gente que ves normalmente, buenos amigos, pero sin apenas tiempo, con prisa y ansiedad urbana. Saludos a todos, saludos y sincero agradecimiento por las muestras de cariño, las conversaciones, las alabanzas y críticas, los tragos compartidos..., la paciencia infinita.

Y también regreso con algo más bajo el brazo.
Un premio.
Un "Cucaracho"
Parece increible.
Sí...
Después de tanto tiempo intentando hacerlo lo mejor posible en eso que es escribir.
Después de tanto tiempo tras de eso que se llama literatura.




Lo dicho: "La necesidad del dolor" relato que cierra la antología "Carne de mi carne" (Saco de huesos, 2011) se llevó el Premio NOCTE al mejor relato nacional.

Agradecer a la gente de Nocte su confianza..., a mis editores esa otra dosis más alta de confianza, a mis amigos su apoyo, a mi mujer su paciencia y amor.

Y felicitar al resto de ganadores y finalistas.
Ganadores de los premios Nocte
Ganadores de los premios Ignotus

Y por si alguien se anima y quiero comprobar si el premio es merecido le animo a que lea, sí, que lea.

Carne de mi carne en Saco de Huesos
Carne de mi carne en Amazon

jueves, octubre 04, 2012

Desde las entrañas

Hay personas, escritores noveles en concreto, que tienen la más absoluta capacidad de entusiasmo. Gentes que transmiten energía, unas ganas de ir hacia adelante, de mejorar, de meter la cabeza, de escribir mejor y ser publicados..., sí, que transmiten una energía especialmente intensa cuando estás a su lado y no paran de hablar de sus proyectos, de sus ideas, de sus afanes.

David Rozas Genzor es uno de ellos. Siemnpre en la brega, siempre queriéndolo hacer mejor, queriendo llegar más allá.

Hoy, David presenta el que va a ser su primer libro. Esta entrada quiere ser un mínimo apoyo más a esa intensidad, a esa efervescencia de la sangre joven.

Presenta su antología "Desde las entrañas"

Bienvenido, David.

"Desde las entrañas"
David Rozas Genzor.
Editorial Seleer
Presentación: jueves 4 de octubre. 20.00 h. En el Centro Cívico de Casetas, en Zaragoza


SINOPSIS
Desde las mismas entrañas de su creador, surge una obra tan trepidante como perturbadora. Cuatro relatos adictivos sumidos en una atmósfera malsana y desasosegante que atraparán al lector desde la primera página. Cuatro historias distintas donde las vidas de sus personajes giran 180 grados de forma súbita hacia la fatalidad.
Un grupo de supervivientes enfrentándose al horror que esconde una casa llena de recuerdos y peligros; una extraña niña con un cometido impredecible que irrumpe misteriosamente en la vida de un joven; un accidente imprevisto en las minas de Marte que teñirá de rojo las vidas de los colonos; un embarazo tan increíble como relevante desembocará en el más difícil de los partos para su progenitor…
Ya no hay vuelta atrás, amigo lector. Tú y yo solos aquí dentro. ¿Te atreves a traspasar el umbral y enfrentarte a lo desconocido?