¿Por qué?
¿Por qué estos últimos meses, cada vez que compro un libro nuevo, me encuentro con una decepción?
La respuetsaa me la doy yo... tranquilos: eliges mal, tío, eliges muy mal.
Esta vez ha sido Soldado de Sidón, de mi querido Gene Wolfe. La continuación de la saga de Latro (Soldado de la niebla y Soldado de Areté) La calidad ha bajado en picado, me ha sucedido algo que nunca me sucedió con sus predecesores, me he aburrido, he tenido que luchar contra las ganas de saltarme párrafos o páginas en busca de algo más que una narración lata, superficial y sin demasiado sentido.
Decepciones.
Bueno, al menos ahora estoy hincándole el diente al "El traje del muerto" de Joe Hill, y los primeros capítulos no me han drefaudado, quizá algo apresurados, pero al menos no me han producido la comezón nerviosa de otras veces.
Afortunadamente, dentro de lo malo, hace unos días volví a mi adolescencia revisitando aquella película sin pretensiones, tan divertida y entrañable llamada "Los gremlins". A veces uno echa de menos el espíritu del cine y la literatura fantástica de los ochenta.
Ya les iré contando.