Por fin pude ver la última adaptación al cine de la genial ‘Soy Leyenda’ de Richard Matheson.
Coincido con casi todas las críticas y comentarios que he leído acerca de ella: se trata de un producto desaprovechado… lo que podía haber sido una excelente historia, se ha quedado en una peliculilla más para pasar el rato, sin pretensiones.
Una lástima, pues el inicio es excelente y prometedor, pero conforme los fotogramas avanzan, uno se encuentra con que, por la razón que sea, los creadores no han tenido el valor de ir más allá, de aprovechar la novela y adentrarse, aunque sea de refilón, en las profundidades, en las posibilidades que brinda el argumento.
Creo que nos encontramos ante uno de los vicios del cine fantástico (comercial) actual, la absoluta falta de riesgo, la simpleza, no como bella sencillez, sino como simplonería comercial. Productos medio digeridos, pre-cocinados, por y para el rebaño, sólo eso: pretender que el espectador piense, que el espectador reflexione y vaya más allá de una simple escena de acción, de un efecto especial, de un tópico manido, es algo arriesgado y peligroso.
Triste falta de confianza, triste concepción del espectador y del arte, aunque eso presupone pensar que quieren hacer arte…, o quizá más triste, falta de capacidad por parte de los guionistas, realizadores y directores.