A veces el relato más simple, inicio, nudo, desenlace, todo ello bien llevado, es el relato más perturbador del mundo.
Hace ya mucho tiempo que leí la pata del mono, y cada vez que por gusto vuelvo a acercarme a él, más elementos de sorpresa encuentro, tanto como aficionado lector, como aficionado creador. Es envidiable el manejo del ritmo, la ambientación: sobria pero eficaz, el retrato esbozado, pero certero de los personajes, el sólido final... ese final que, como en todo buen cuento de fantasmas, deja todo o casi todo a la imaginación del lector.
De W.W. Jacobs (1863-1943) hay que decir que era fundamentalmente un escritor de relatos de ambientación marinera, dramaturgo, siempre tirando hacie el género humorístico. El que comento es su relato más conocido, uno de esos casos de pervivencia puntual que tanto abundan en la literatura fantástica, pues aunque publico varios más de temática sobrenatural, apenas se recuerdan.
La pata del mono es uno de esos licores que todo buen aficionado al terror debe beber sin ideas preconcebidas. No es una más de las comunes Gosth Stories que uno pude encontrar en la Inglaterra de la época. Es un cuadro de la entrada subrepticia y maligna de lo sobrenatural en la vida cotidiana, un elegante escrito que busca el incierto desasosiego, emparejado a lo más simple, lo más nimio, como portador en sí del mayor de los peligros.
Y se dirán. No habla del argumento, ni si quiera nos da un apunte. Pues no. Este relato es de los que hay que abordar con la mente en blanco, saborearlo con fruición y masticarlo lentamente una vez se ha cerrado el libro, apagado el ordenador, o guardado las cuartillas.
Espero que lo disfruten.
Lean, lean... y cuidado con lo que quieren.
W.W. Jacobs en wikipedia
El cuento en Ciudad Selva