La manera en la que el ser humano se relaciona con el mundo, con el universo que le rodea y define, ha ido cambiando conforme el tiempo ha ido pasando, las diferentes culturas y civilizaciones han ido a su vez surgiendo, sobreviviendo o muriendo. Antaño el temor, luego la magia como un medio para controlar los desencadenantes de ese temor al universo, la naturaleza, la muerte... más tarde la religión, con la que al menos el ser humano obtenía una interpretación, una batería de respuestas más o menos eficaces a sus dudas y necesidades; y por último la razón, la ciencia, como última herramienta más sofisticada y práctica con la que el conocimiento muta en poder y en capacidad de cambio.
Esta semana, en ScifiWorld, mi artículo navega en las aguas de la mitología... cuando ésta emerge de su olvido y su antiguo lenguaje y expresión nos visita en forma de creación artística, desorientando a unos, confundiendo a otros.
"¿Qué más inexplicable que la muerte? ¿Qué mayor ‘problema' que el fin de nuestra existencia y de aquello a quien más queremos?Inexplicable a nivel moral y sobre todo emocional. A veces, en situaciones así, es cuando vemos cuan gratuito y poco reconfortante es el mero conocimiento formal. Cuando somos capaces de explicar esa muerte a un mero nivel fisiológico, pero nos quedamos ahí, sin más, sin poder hacer nada... ¿O no?..."
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