Termino la lectura de el gran libro del terror y el sabor de boca es dulce, tremendamente dulce, un paladar que sólo se ve contaminado por una cierta tristeza. Ya no hay colecciones como esta, ya no hay un super terror o un gran super terror de Martinez Roca, ya no hay, salvo librerías de viejo, más recopilaciones como las de Horror 1,2… o Las mejores historias de terror 1,2… Garantes de la salud del relato de terror en sus diversas variantes.
Ya no veo antologías, ya no veo selecciones. Tan sólo Paura salva la cara en el mercado editorial, esperemos que por mucho tiempo. Es como si las editoriales le tuvieran miedo a esta forma de narración. Bueno, sí le tienen miedo, la gente ya no parece comprar selecciones, parece que la Novela se haya tragado de golpe y porrazo todas las vertientes creativas literarias que no sean ella misma, y si la gente no compra, o no parece querer comparar, ¿por qué se han de arriesgar las editoriales? Mención a Valdemar y Siruela y sus recopilaciones.
Esto nos deja con Internet y algunos fanzines como los únicos campos de salida posibles para el nuevo relato de terror. Recalco: el nuevo relato de terror. Saludos a aquellos fanzines que se arriesgan, lástima que en Internet nos enfrentemos al problema de la desmesurada cantidad de material mediocre, esa es la gran ventaja y la gran desventaja de la web: cualquiera puede ir, llegar, se acumulan tantos sitios donde leer que uno no sabe bien cuál elegir, y ya dentro, uno se enfrenta a verdaderos bodrios. Pero es este un precio que debemos estar dispuestos a pagar, debemos perder tiempo y energía para encontrar la perla que haga que el asunto merezca la pena.
Añoro esas antologías de Bruguera, esas antologías de Martínez Roca. Ojalá de nuevo alguna de estas editoriales u otras se arriesgaran y nos premiaran cada año, al menos, con una selección antológica, nacional o extranjera, para ver el recorrido contemporáneo del género.