Me gusta pensar, no que piensen por mí. Me gusta Reflexionar acerca del mundo en el que vivo... me gusta el miedo y la buena literatura.
lunes, mayo 05, 2008
Mothman, de nuevo en SciFiWorld
Tengo un cariño especial por este film. Quizá sea la manera de abordar la trama, la forma del terror, sus efectos... todo viene a conjugar esa forma tan mía y particular de ver y catalogar este género (en su vertiente visual, pues el libro, como ya digo, es un pastiche desordenado, un opúsculo apto para amantes obcecados de OVNIS y fenómenos para-anormales en su vertiente menos seria)
Leerlo todo
viernes, mayo 02, 2008
Muertes en el laberinto
‘Muertes en el laberinto’ es una buena obra. Después de haber leído varios mamotretos infumables, supuestos exponentes de la nueva hornada de autores americanos, apuestas editoriales que en doscientas páginas no son capaces de decir nada… fue un alivio encontrar que Holdstock, en dieciséis, era capaz de tomarnos en vilo, arrastrarnos a un fascinante mundo donde el pasado más lejano y el presente se aúnan en las manos de un niño dotado de unos poderes perturbadores.
El creador hace bien su trabajo: teje un argumento de base imaginativo y original, y lo enmarca entre un ropaje de delicada emocionalidad, personalidades definidas e historias paralelas atractivas. Nos encontramos con un ambiente psicológicamente opresivo, la siempre extraña relación que se establece entre padres e hijos a nivel emocional, en este caso despojada de un tono acaramelado. La historia fluctúa a través de una angustia creciente, de un encadenamiento de sucesos de orden inexplicable a través del tiempo, sucesos que tienen su reflejo en las actitudes de los personajes, en su comportamiento y evolución personal, y que poco a poco van tomando una aparente pauta en apariencia definida, y que, al final, no lleva a un final inusitado, intenso y vibrante.
Una lástima que sea difícil de conseguir, como casi todas las buenas obras editadas por Martínez Roca en sus colecciones dedicadas a lo fantástico
Holdstock no puede escribir sin un contexto definido: Historia, pasado… mitología, elementos que penetran en el presente y que son vehículos sobre los que la fantasía se conduce. Estos, junto con un excelente manejo de los ambientes físicos, en concreto escenarios naturales, son pilares básicos, elementos con los que se acomoda y crea excelentes historias (Recomiendo vivamente su ‘Bosque mitago’ como ejemplo de una fantasía diferente)
Y recuerden, mi objetivo no es contarles el argumento, es sólo abrirles el apetito por nuevos y deliciosos bocados —a veces quitárselo, claro—, por ello nada de argumentos.
No hay nada mejor que encarar un libro con el ánimo ilusionado y la mente virgen.
domingo, abril 27, 2008
Historias Asombrosas y Cthulhu, de nuevo
HHAA ataca por el lado del terror con autores consagrados y nuevos valores
Un pensamiento interesante
Un artículo de Stepehen King hablando de la sufrida existencia como género comercial del relato de terror (extendámoslo a relato fantástico)
Ver entrada al blog
Por cierto, en cuanto lo lea, en la feria del libro no lo pude encontrar, comentaré ese libro con tan buena pinta que es 'El hombre divergente' del autor del blog, Marc R. Soto, compañero también en nocte.
Saludos
martes, abril 22, 2008
Un artículo interesante en Judex
"...los principales males del cine mainstream de terror norteamericano que parece que ha olvidado acudir a la construcción cálida y humana de los perfiles psicológicos, a la adecuación del estilo visual con el tono narrativo y, sobre todo, a la apuesta definitiva por resaltar el cariz fabulador de unas tramas que sepan promover la reflexión, aspecto inherente a la narrativa fantastique que ha permanecido durmiendo el sueño de los justos en la producción estadounidense de los últimos años (salvo honrosas excepciones), más preocupada en noquear al espectador con una batería de efectos visuales en lugar de inquietarlo mediante la adopción de un enfoque de fantasía que remueva nuestros miedos más recónditos."
No hacen falta comentarios. Quien quiera leer el artículo entero, dedicado a la adaptación a la pantalla grande de la novela corta 'La Niebla' de S. King, que entre aquí
lunes, abril 21, 2008
Carga simbólica
En uno de ellos habla acertadamente de un concepto básico en toda buena literatura (de terror y de cualquier género o estilo, pero con una carga especial en la de terror) y Ese concepto es el de la carga simbólica de los personajes, algo que podríamos extender sin esfuerzo a cualquier otro ámbito germinal de la obra literaria.
Carga simbólica. Soy de aquellos que adoran las buenas historias, un argumento bien trenzado, interesante y entretenido. Pero no logramos nada si a todo ello no le asociamos ese otro valor añadido extra, ese brillo que hace que una creación surja con fuerza del humus creado por los cientos de miles de hermanas más o menos mediocres, exitosas o fallidas publicadas, y que reposan en los anaqueles de las librerías o los almacenes de los distribuidores. Una buena historia es cuestión de tiempo, de entrenamiento, al fin y al cabo de prueba y error; cualquiera con un poco de imaginación puede obtenerla. Pero no cualquiera sabe narrarla aferrándose al poder perturbador de los símbolos, de aquello que va más allá del aspecto exterior, de la forma inmediata, que se enraíza en el inconsciente colectivo y personal.
Si repasamos las grandes creaciones de la historia de la literatura, encontramos que aquellas que se puede definir como sobresalientes poseen la virtud de la que hablamos. Hablemos de un Shakesperare, de un Steinbeck, de un Poe… hasta de un Lovecraft.
El símbolo constituye un lenguaje dentro del lenguaje, un ir más allá de la mera significación a primera vista, un disparador que conmueve elementos que van más allá de la pura razón primaria, del gusto, de la emoción esencial asociada a la lectura: el símbolo y su carga de poder son elementos que actúan de forma soterrada a posteriori, cuando, una vez la lectura ha finalizado, efectuamos una sana revisión, una elegía al recuerdo que anima ese fondo, a medias intelectual y emocional, capaz de interpretar ese otro lenguaje.
Todo creador de historias de terror debe perseverar en la búsqueda de esas significación simbólica que reafirme el simple argumento, al menos debe intentarlo, y auguro que es un camino difícil.
miércoles, abril 16, 2008
¿qué coño aportamos los creadores de terror a la sociedad?
Esta es la irrevernte pregunta, exabrupto, que Ismael, un compañero de Nocte, escupía al viento después de leer mi entrada dedicada a Rec.
No sé si soy capaz de responder... responderme, a dicha pregunta. En el fondo es hablar, pensar y reflexionar sobre la función del escritor en la sociedad. Unos responderían que, como artista, muestra una realidad; reinterpreta ansiedades, miedos, terrores reales; rebusca en el inconsciente colectivo, moral o religioso y pasa todo esto por la túrmix de su imaginación, ya sea en forma de relato sobrenatural o de terror social, y los regurgita en forma de obra de arte... para así permitir a dicha sociedad un reencuentro, una reabsorción más fácil y cómoda de admitir dada su eventual irrealidad y su carácter estético.
Freudianos y psicoanalistas de medio pelo aparte, hay más posibles opciones: como al del mero entretenimiento, muy ligada al hecho comercial. El autor como máquina de crear y publicar alimento preparado que ayude al sobreexcitado ciudadano consumista a sobrellevar su tiempo de ocio, a llenar estantes y expositores de las librerías y Grandes Almacenes, a ganarse el pan de cada día y de paso llenar los bolsillos del dueño de la editorial de turno. Autor como uno más de los macacos sociales que ayuda a que esta frágil y aparatosa construcción llamada sociedad de consumo se sostenga sobre su pedestal de cristal.
...Y no nos olvidemos la que más me gusta, aquella que me dice que en realidad no escribo para los demás (sólo es mi propio narcisismo el que necesita de su existencia, asentimiento y respeto). Porque la necesidad auténtica, el motivo y disparador es la ansiedad de acallar esa parte de mí mismo, interna, picajosa, inquieta, latosa y dominante que me llama a escribir, a llenar cuartillas de papel o pantallas de ordenador con historias, cuentos y creaciones donde el miedo es el ingrediente principal del cóctel. Porque es lo que mejor me sale, aquello en lo que me desenvuelvo con naturalidad y comodidad, porque no puedo evitarlo, y de cuyo resultado me siento extrañamente satisfecho.
Isamel, no creo que sea bueno medir al artista, al creador, con esa vara, propia de gestores y economistas, que es la utilidad manifiesta.
Somos y basta. Estamos y con ello es suficiente. Cada uno aporta al montón a su manera, con sus posibilidades, preparación y logros. Cada uno acalla sus propios fantasmas a su particular estilo. Otra cosa es el éxito, la innovación, la calidad... y eso, Ismael, lectores, es un tema puramente literario, que no social.
Otro tema para otro momento
martes, abril 08, 2008
Otro fiasco más
Esta vez ha sucedido con ‘Noche de difuntos’ de Stuart O’Nan, editada por la factoría de Ideas en su colección Eclipse.
O’Nan será un autor de culto en Estados Unidos, pero con esta supuesta obra de terror lo único que ha conseguido es aburrirme soberanamente. Entiendo que, dado que se trata de un autor de género, La factoría lo haya colado en esta colección aunque la novela, a pesar de que aparezca un grupo espíritus que más parecen fisgones inofensivos que otra cosa, no posee ningún rasgo representativo de dicho género.
O’Nan nos habla del dolor, de la pérdida, de la reflexión ante la crueldad del destino. Y ni siquiera lo hace con frescura. La narración se hace repetitiva, tediosa, un querer comenzar de casi doscientas páginas que acaba con la paciencia de cualquier lector, y que la remata con un final torpe, predecible en un grado de risa. Personajes planos, tópicos, sin relieve…
Una vez más me echo las manos a la cabeza. Pienso en cuántas obras de autores patrios se apolillan en el fondo de los cajones, en ajadas carpetas virtuales; obras de mayor calado creativo, desdeñadas por un mundo editorial anquilosado en posiciones comerciales de dudoso éxito, donde, como siempre, lo que viene de fuera es siempre mejor que la producción propia.
Aunque lo peor que sucede en estos casos es el poso de desconfianza que se crea en el lector comprador, siempre atento a las novedades, ansioso por hincarle el diente a la sangre nueva. Que ve como compra tras compra termina intentando olvidar el día que pìso esa librería y se dejó seducir por un nuevo globo de aire caliente.
Desconfianza fundada en demasiados fiascos.
lunes, abril 07, 2008
Básicos del terror. El color que cayó del cielo, de H. P. Lovecraft.
Lovecraft no fue un escritor perfecto. No creo que quisiera serlo tampoco; en su cabeza orbitaban modos y maneras muy específicos: maneras que se mezclaban con miedos, fobias, aprensiones y obsesiones y que han dado como resultado una obra variada, rica, fascinante, una obra puntera en su tiempo, que, se quiera o no aceptar, revolucionó la manera de tratar con el horror, con lo fantástico.
Releyendo hay mejores y peores relatos. Con Lovecraft hay que tener cuidado, el cariño emponzoña ligeramente el juicio crítico, y en algunas ocasiones, narraciones de calidad media orbitan en el paraíso de las obras maestras debido a cuestiones más subjetivas que objetivas.
Sin embargo hay un buen número de ejemplos de buen hacer global. Hoy me detengo en uno de ellos, una de esas obras a las que la susodicha relectura saca del cuarto oscuro.
Me refiero a ‘El color de cayó del cielo’. En ella podemos ver delineadas las obsesiones que mueven su obra en general:
El prodigioso dominio del entorno. El entorno es un personaje más, con personalidad propia, a veces con personalidad múltiple, una suerte de esquizofrénico cuya paranoia absorbe y contagia a los habitantes que viven sus existencias en él. Los bosques que rodean el valle donde el color insano ronda a quienes habitan, ya de por sí serían causa suficiente de horror, foco de desequilibrio ante su poder de sugestión.
Esencial en la obra de Lovecraft es el horror cósmico; el miedo se trasmuta, no surge de nuestro mundo, de nuestras creencias, de nuestras tradiciones más comunes, no. El miedo viene de fuera, elusivo, anónimo, implacable… extraño, sobre todo extraño. Esta vez a lomos de un meteorito, oculto en su interior, una plaga sin explicación, sin referente. Es ese elemento de extrañeza de intratabilidad, el que le dota de su poder de seducción y perturbación. En el relato asistimos, de la mano del narrador, a la progresiva invasión por parte del horror, no sólo de espacio físico, sino también del espacio mental de víctimas y espectadores.
El lenguaje. Quizá sea uno de los puntos que más críticas reserva a la obra del autor. Sin embargo es también la seña de identidad, el barroquismo, la hipérbole, la exageración en las etiquetas.. hay relatos en que esto se suaviza, sin llegar a desaparecer. El color que cayó del cielo es un buen ejemplo, en sus líneas Lovecraft parece comedirse un tanto, quizá sea esto producto de la propia factura que requiere la narración, pues en ella no aparecen los típicos entes que deambulan, numinosos, innombrables, impíos… sino personajes aturdidos y aterrorizados por algo misterioso e incorpóreo.
Nunca me dejará de sorprender la maestría del maestro.
El color que cayó del cielo me gusta, sobre todo porque se aparta del guión normal que el autor norteamericano usaba con sus productos de horror cósmico. En él el miedo es el auténtico protagonista, un miedo no focalizado, incorpóreo; el miedo caracterizado como un virus que se trasfunde en las almas y los cuerpos.
martes, marzo 25, 2008
Nocte... al fin

¿Qué es Nocte? Pues podría copiar y pegar los estatutos, pero les aburriría con esa jerga canónico-administrativa. Nuestra intención es doble: por un lado aunar a todos aquellos creadores en cierto modo especializados en la temática; la unión hace la fuerza. Por otro convertirnos en un referente a todos los niveles dentro de la literatura de terror, en sus vertientes creativa, lúdica, intelectual y de promoción.
Suena a publicidad barata, pero Nocte está ahí para que cualquier asociación, agrupación, actividad... persona u organización, que en un momento dado necesite a alguien especializado en esta temática, recurra a nosotros para organizar una mesa redonda, una presentación, conferencia o similar.
Nocte está ahí para promocionar un género literario injustamente depreciado y despreciado por los cánones intelectualoides, las editoriales y algunos lectores exquisitos.
Bueno. Les presento a Nocte
http://www.nocte.es/
domingo, marzo 16, 2008
Añoranza por al sencillez (o llámese equilibrio)
¿La razón? Hay tantas, pero de entre todas se destaca una, la hipertrofia. Estoy más que harto de esa ley tácita que dicta que si una obra no sobrepasa las doscientas y pico páginas, pues no es una novela decente. Tampoco se me olvida despotricar contra la innecesaria inclusión del abuso del efectismo en forma de extravagantes, apresuradas y desordenadas maneras de narrar.
Una lástima, pues la historia en sí es buena, el argumento que se dibuja cuando se sobrevuela la obra a vista de pájaro es atrayente…( ya saben que, salvo casos especiales, no destripo las obras, prefiero que sean ustedes quienes vean, lea y comparen, este blog es más un lugar donde dejar caer pensamientos peregrinos que surgen de esas lecturas) pero la innecesaria manía de llenar páginas y más páginas termina por ofuscarlo, por enredarlo en un bosque verbal que hace que pronto nos olvidemos de la historia en sí.
Este defecto se deja caer en buena parte de la nueva literatura de terror que voy leyendo. Parece como si los autores no supieran equilibrar la natural propensión del relato horroroso hacia la sencillez, con la propensión creativa y la presión comercial que empujan de todo autor a exagerar.
Me explico.
Un autor no sólo debe ser un buen imaginador, no sólo debe ser capaz de crear una trama terrorífica. Debe acompañar esta de un buen ropaje literario y estilístico, y cuando no se tiene la suficiente capacidad para ello, se sustituye el buen hacer con el torrente desatado de páginas y más páginas dándole vueltas a lo mismo una y otra vez, ahogando al lector en un lodazal de palabras encadenadas sin demasiado sentido.
Uno de los valores que se está perdiendo en la literatura actual, al menos en la que a mí me gusta, es el de la sencillez. Parece como si esa etiqueta, lo sencillo, fuera sinónimo de incapacidad, cuando es al revés: es ahí donde el buen creador demuestra de lo que es capaz. Sencillez no está reñida con falta de calidad, sencillez no es lo mismo que simplicidad; sencillez es saber dar el punto justo a un relato, ni más ni menos (llamémoslo equilibrio si esta descripción penetra o define mejormejor). Un libro de quinientas páginas puede ser sencillo (equilibrado) a mi modo de ver, y lo es porque la historia, las técnicas narrativas, el universo que rodea al eje fundamental de la trama, hacen que esta se expanda con naturalidad, aportando riqueza y no repetición o zafia vacuidad.
Quizá esto no sea sino el resultado de cierto horror referencial de las editoriales por determinados formatos como la novela corta, el relato, las antologías; o de cierta inercia por parte de los lectores en busca del mamotreto, el aspecto externo, como signo externo de 'buena' literatura.
viernes, marzo 07, 2008
'Rec'... otro gatillazo
Esto va de mal en peor, me refiero al cine de terror, claro, a qué otra cosa iba a ser.
Y cuando uno pensaba que en lontananza se divisaba una vela, un buen augurio, al final negras nubes de tormenta y vientos huracanados la alejan hasta hacerla desaparecer.
Hablo de Rec, de Jaume Balagueró y Paco Plaza. Una de esas películas que despertaban el germen de la esperanza, ya no sólo por la agresiva campaña publicitaria que la precedía, como por la solvencia y buen hacer de sus creadores en sus trabajos anteriores.
Muchos me dirán ahora, José María, no sabes valorar la novedad, no sabes ver el trabajo imaginativo que hay detrás, el riesgo… y yo les respondería que valorar tales atributos en solitario no es un trabajo acertado; la innovación o la experimentación formal no son tales si no están acompañadas de un fondo argumental de calidad. Y ahí reside el problema de Rec.
Innovar en el género, desde mi humilde punto de vista, no reside en un mero giro formal. La imaginación debe moverse en dos vías: argumento y forma, si no creamos una suerte de hemiplejia severa… una enfermedad que, en el arte, cuando se anquilosa muta en el un mal entendido academicismo formal. Y si no se lo creen, les invito a que se muevan por los círculos culturales literarios, tanto académicos, como de vanguardia, donde sufrimos continuamente las agresiones de una comprensión sesgada de lo que es ‘buen’ arte, en este caso, ‘buena’ literatura: experimental, formalista, no de género; frente a esa otra creación cochambrosa, sin patina de intelectualidad, como dicen ellos.
Aquellos que nos movemos en el universo de la creación de material de terror no debemos dejarnos impresionar por tracas, donde el ruido y el humo son los protagonistas; redibujar el género exige un trabajo duro que va más allá del exterior.
Sí, Rec me aburrió mucho, ni siquiera encontréesos momentos de susto, que no de miedo o inquietud, que se nos vendía en los trailers. En más de un momento se me dibujó una sonrisa de circunstancias, un, ¿esto es todo? ¿Sólo pueden ofrecerme esto? Y esto de sostener la tensión únicamente sobre la espalda de la forma de narración, de los efectos visuales y los movimientos de cámara... se queda corto, muy corto; no podemos hacer de algo secundario, de algho que sólo rubrica y no firma, un eje fundamental.
Quizá sea al final del film, en ese intento por poner un colofón explicativo, una especie de apaño de circunstancias, donde se entreviera una poca luz, un sesgo de imaginación aplicada al argumento.
Tengo miedo, mucho miedo… estoy haciendo tiempo para echarle el diente e Cloverfield (Monstrusoso en estos lares) que también se sostiene sobre la misma premisa de cambio formal.
Ya les contaré.
lunes, marzo 03, 2008
El lenguaje mítico
Esta semana, en ScifiWorld, mi artículo navega en las aguas de la mitología... cuando ésta emerge de su olvido y su antiguo lenguaje y expresión nos visita en forma de creación artística, desorientando a unos, confundiendo a otros.
"¿Qué más inexplicable que la muerte? ¿Qué mayor ‘problema' que el fin de nuestra existencia y de aquello a quien más queremos?Inexplicable a nivel moral y sobre todo emocional. A veces, en situaciones así, es cuando vemos cuan gratuito y poco reconfortante es el mero conocimiento formal. Cuando somos capaces de explicar esa muerte a un mero nivel fisiológico, pero nos quedamos ahí, sin más, sin poder hacer nada... ¿O no?..."
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martes, febrero 26, 2008
La condesa sangrienta en ScifiWorld
Esta vez hablo un poco de uno de esos personajes reales a los que la leyenda ha engullido, masticado, digerido y regurgitado con un aspecto y definición renovados y exagerados.
Para abrir boca:
La condesa se ha convertido en el paralelo femenino de ese otro noble transilvano llamado Drácula. Nos hemos encontrado con uno de esos casos donde la leyenda , antaño inspirada en uno hechos definidos y comprobados y rumores siniestros, al final ha terminado por suplantar sus elementos germinales, para condensar un personaje arquetípico, mezcla entre la Lilith judaica y nuestro Drácula. Como Jules de Rais, Charles Manson... Ersebeth se ha convertido en ideario popular en un arquetipo del mal absoluto...
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lunes, febrero 25, 2008
Añoro el terror sobrenatural
Supongo que es el signo de los tiempos. Podría decir que lo sobrenatural ha muerto, pero no es así, sigue vivo, subterráneo. Son demasiados siglos anclado en el inconsciente colectivo, son demasiados miedos larvados, atávicos. Sin embargo el terror ha dado un giro, bueno, lleva cambiando desde los años setenta y ochenta. Lo que ‘se lleva’ hoy en día es eso otro terror enajenado, reproducción o facsímil de los terrores que nuestra sociedad nos plantea cuando salimos a la calle. Si el horror, en su vertiente sobrenatural, surge de fuera y pretende penetrar en el protagonista y por reflejo, en el lector; en la actualidad el origen es interno. No hay fantasmas, no hay espectros, maldiciones, casas encantadas… hay asesinos, psicópatas, sociópatas: amantes del delicatessen visceral o del terror psicológico más puro y desintegrador, todos ellos de carne y hueso. Incluso, cuando hablamos de monstruos, no son seres de origen diabólico o sobrenatural, son hombres y mujeres impulsados por sus decisiones, sus enajenaciones y perturbaciones, buena parte de las veces originadas por la sumersión en una sociedad ya de por sí desquiciada, amoral y egoísta.
Volviendo Llopis y su magnífica: Historia Natural de los Cuentos de Miedo, en ella nos viene a decir que el miedo se materializa en la literatura cuando éste deja de ejercer su influencia en la realidad, cuando lo hemos interiorizado y vencido, y ya sólo nos queda el regusto estético, la pasión por el miedo hecho arte.
¿Cómo interpretar esa tendencia actual a la luz de semejante afirmación?
¿Ya nos hemos acostumbrado a la violencia gratuita, al riesgo inherente a vivir en esta sociedad salvaje?
¿Nos hemos vacunado y por ello trasladamos al arte algo superado y absorbido?
Da que pensar.
jueves, febrero 21, 2008
Sable 6
Hola a todos:
El número 6 de SABLE acaba de salir de imprenta.
Portada y contraportada a color, obra de Jonathon Earl Bowser y Jonas Biorn, respectivamente. Un lujo asiático (o mejor dicho, canadiense y danés) para una humilde revista amateur de edición limitadísima. Incluye textos inéditos de H.P. Lovecraft, R.E. Howard y C.A. Smith.
Se trata de un número especial, de 72 páginas, con lomo, plastificado y tapa dura.
En él han colaborado nada menos que 40 personas, entre escritores, traductores, ilustradores, editor-traductor-maquetista-revisor...
Más info en:http://revistasable.zoomblog.com/
Saludos cordiales.
Fermín MorenoEditor de A.C. Ediciones Tusitala
http://www.revistasable.com/
miércoles, febrero 13, 2008
Mi mujer, Stephen King y yo... una breve nota.
¿Y porqué me acuerdo de esto ahora? Porque hace unos días volví a ver la película La zona muerta, basada en la novela del mismo nombre. El filme, del director norteamericano David Cronenberg, sin llegar a alcanzar al original, es un excelente producto, quizá un poco, muy poco, tocado por el paso del tiempo.
Y no quiero hablar de la película, no. Ésta fue un mero detonante.
Tras verla, mi mujer y yo nos pusimos a hablar sobre King. Ella también es una lectora empedernida del autor; todavía más que el que escribe, que se quedó en los Tommynockers… un tanto defraudado y saturado de tanto King —aunque obras como El misterio de Salem’s Lot, La zona muerta, Cementerio de animales, Carrie, It y El resplandor, merezcan estar catalogadas como de lo mejorcito del terror contemporáneo, y algunas de todos los tiempos…
Pero a lo que íbamos. ¿Qué hace a King tan especial? Pues de eso nos pusimos a hablar la parienta y yo. Y llegamos ambos a la misma conclusión, lo que lo hace tan atractivo es lo mismo que con el tiempo, el exceso y una falta de adecuación, ha echado a perder algunas obras recientes: sus largos interregnos descriptivos, sus dibujos puntillosos y detallistas de personajes y paisajes, sobre todo de los primeros.
En los libros de King a costa de leer sus vidas, de compartir sus pensamientos, sus elucubraciones, de vivir cada acción que realizan… uno se adhiere a los personajes, llega a estar tan pegado a ellos que, entonces es sencillo imbuirse del miedo, de las situaciones inquietantes o aterradoras que les acaecen. Como vengo diciendo, la empatía es un elemento esencial, y King es, era… —¿Quién sabe?— un maestro en provocar esa relación, el nacimiento del nexo necesario que nos hace compartir, sentir el terror.
Seguiremos pensado...
martes, febrero 12, 2008
Roy Scheider, R.I.P.
Hay rostros que poseen carisma, rostros que ejercen una influencia inmediata en quienes los ven, rostros cincelados en roca que emanan poder, convicción, seguridad. Roy Scheider poseía uno de esos rostros. Los amantes del fantástico los conocen por su papel en la serie SeaQuest, quizá por su otro papel protagonista en la segunda parte de 2001, una Odisea en el Espacio; aunque, por supuesto, ese rostro suyo, adusto, determinado, siempre estará unido a Spielberg y su insuperable Tiburón.
¿Qué porqué esta entrada?
Todos tenemos actores fetiche, actores que, salvo excepciones contadas, sabemos nos van a ofrecer un trabajo agradable, una de esas películas que nos van a gustar y nos van a hacer pasar un par de horas magníficas: French Connection, Marathon man. La casa Rusia, El trueno azul. Scheider es uno de ellos.
Personalmente siempre irá ligado a la serie Seaquest, a la figura de ese capitán de submarino certero, humano, firme y cabal.
Descanse en paz.
El viejo mito del vampiro, en ScifiWorld
Les remito a mi nuevo artículo en ScifiWorld, en el que trato el tema con algo más de extensión.
Aquí tienen un retazo para abrir boca
"El dominio en la actualidad del vampiro social, sofisticado, aburrido, inteligente y cruel -algo así como un gato hipertrofiado-, creado por la Rice, parece incontestable. El viejo Conde mantiene su punto de atracción, pero se hace inevitable el que se le mida con este nuevo rasero o que se quede algo adocenado con sus pomposas técnicas de seducción y depredación..."
Leer más
miércoles, febrero 06, 2008
Fafhrd y el Ratonero Gris en ScifiWorld
Esta vez recordadno a un par de viejos amigos...
Aquí tenéis un pequeño fragmento para abrir boca
"A mi modo de ver, la serie de Las Espadas, puede enmarcarse con mérito propio dentro de las mejores manufacturas de la picaresca universal. A diferencia de el famoso Señor de los Anillos, paradigma y reunión de toda suerte mitos y mitologías, sucesión de arquetipos, plasmación de la eterna lucha entre el bien y el mal; la serie de Fafhrd y el Ratonero Gris mira a la vida sin filtros grandilocuentes, demostrando que las bajezas humanas, la visita a las cloacas, dan más juego que las grandes ideas si son bien manejadas."
Leer completo
viernes, febrero 01, 2008
I Premio de las editoriales electrónicas
Me acompañan unos cuantos compañeros y amigos del taller_7_ccf y gente de los más válida.
Ver noticia en Stardust
Ver blog del premio (Página oficial)
Suerte a todos.
Y gracias a Sergio, Carlos y Miguel
lunes, enero 28, 2008
Básicos del terror. Carmilla, de Le Fanu.
Permítanme hacer una breve mención y exposición de este clásico:
Le Fanu está considerado el padre de la Ghost Story. Nacido en Irlanda en 1814, siempre atormentado por una vida interior oscura, por una visión derrotista del mundo que le rodeaba, Sus obras abren la puerta a una nueva concepción del terror, siendo en algunos casos, como el que nos atañe, una pionero. Aunque en algunos casos, siguen influenciadas por un decadente género gótico. La Fanu rompe definitivamente con el corsé del género y abre las puertas a la modernidad, a una nueva concepción del terror, más íntima, menos estrambótica, donde los decorados de leyenda se difuminan y ceden preeminencia a las situaciones cotidianas.
Volvamos a Carmilla.
Hablamos de Energía. La lectura de Carmilla es sencilla, sin grandilocuencias, el narrador no necesita de la aparatosidad inherente al relato gótico. El relato se desgrana en tres actos básicos: la presentación del vampiro, la narración de los efectos de esta presencia, el desenlace natural con la caza y aniquilación del monstruo.
Hablamos de originalidad: con Carmilla , la figura folklórica del vampiro se racionaliza, adopta un sesgo menos popular y más sofisticado; el monstruo no es un ente simple, un ser básico con deseos primordiales y un modo de proceder sencillo. No, Carmilla no sólo aterroriza, también fascina a su víctima, entabla con ella una relación más allá de la simple dualidad monstruo-víctima propia de la leyenda popular. Aunque la visión del vampiro de Le Fanú es muy cercana a la que la superstición tenía por entonces: la de un muerto redivivo, es más tarde cuando éste adquirirá ese otro sesgo más diabólico.
Por último, hemos mencionado como característica la valentía. El autor insufla a la acción, entre líneas, una carga gran erótica, arriesgada para la concepción moral de la época en la que escribió y vivió. Lamentablemente Carmilla ha ganado su fama más debido a este hecho y su posterior aprovechamiento cinematográfico, que a su indiscutible calidad estilística y argumental. Por su puesto no podemos olvidar que, ciertamente, Carmilla es una obra de gran cara sexual. Algunos críticos modernos la ven como una metáfora feminista, que postula de forma sutil una, entonces inexistente y perseguida, libertad sexual femenina. Recordemos que en la época Victoriana la moral estaba teñida de cruda represión, de oscurantismo; se soportaba sobre valores morales de efecto represivo y enajenante.
Carmilla es un antecedente. Es muy probable que Bram Stoker escribiera parte de su obra influida por el texto de Le Fanu; hay demasiadas concordancias en la manera de preceder del vampiro, la forma de destruirlo.
Aún hoy en día Carmilla es todavía un antecedente de gran influencia en la visión moderna del vampiro, sobre todo en la obra de Anne Rice, con esa sofisticación y ese sutil aroma a decadencia y crueldad.
Sin duda alguna hablamos de un clásico a recuperar, de una lectura obligada para todo buen amante del terror.
viernes, enero 25, 2008
Pensamiento mágico
El tema de la brujería es un recurrente universal asociado a una cosmovisión, a una forma de relación hombre / universo muy determinada. Llegamos a la frontera donde la Ciencia o no existe o se hace insuficiente para interpretar o controlar el Universo o partes significativas de él, donde se hace necesario crear y creer en unas leyes que nos permitan interactuar, tener la sensación de que somos capaces de hacer algo, dejarnos con la tranquilidad en el cuerpo de que todavía tenemos una cierta capacidad de dominio.
Hablamos del pensamiento mágico, un campo histórico fascinante donde se bucea tanto en la Historia, como en la Antropología, como en la Religión, donde el teorema se ve sustituido por el mito, donde el experimento fenece en detrimento del rito, donde la experiencia desparece en aras de la tradición.
No me considero un supersticioso, no doy crédito a esa visión; pero sin embargo no dejo de emborracharme con su penetración, con su capacidad de ilumina ciertos recovecos del alma humana con otra luz. Nos lo creamos o no todavía nos vemos influidos por todo esto, son demasiados los arquetipos que se crearon, múltiples los paradigmas culturales y psicológicos. Y con esto lo que quiero decir es que, aún cuando ese pensamiento mágico no nos sirva para interpretar el universo, sí tiene la capacidad manifiesta de enseñarnos a comprender algunas de las actitudes del hombre, de su expresiones, de su emotividad; y es ahí, precisamente, donde reside su importancia.
lunes, enero 21, 2008
Eso de escribir...
¿Oye, tío. Y tú de dónde sacas las historias, el material, para tus relatos?
Así, a bocajarro, sin preparación previa, ni calentamiento, ni periodo de reflexión.
Y claro, me pusieron en un aprieto porque no soy uno de esos escritores que se pueden catalogar como de método.
Desde que el hombre es hombre, aprendió a escribir y editó, surge la duda del origen de la creatividad, de los diferentes métodos, escuelas y trucos. En mi caso soy de los que tiene la certeza de que una historia es como un ser vivo: o sea que se desarrolla solo.
Pocas veces me hago esquemas previos. La idea aparece como por arte de magia. A veces posee un disparador puntual, una noticia, un comentario, una imagen. Otras no hay nada que pueda considerarse como origen claro… unas pocas son obsesiones que continuamente rondan por la cabeza de este pobre creador.
Pero lo común a todas ellas es que se desarrollan conforme los folios avanzan: historia y personajes. Es como si el carácter se fuera perfilando a cada golpe de párrafo, como si a cada página adquiriera una mayor corporeidad y consistencia. A veces me asombra este proceso inconsciente de ensamblado, otras me asusta cómo esta construcción sobre la marcha que cierra los flecos con una flexibilidad apabullante, con certero atino… tengo la sensación en algunos casos de que todo el relato ya está formado en una pozo inconsciente y sólo soy un mero accesorio, el tipo que va al pozo, echa el cubo y va sacando y llenando el abrevadero.
Pero el momento de éxtasis surge cuando, en medio de la escritura, surge la idea feliz, el giro que ordena la barahúnda mental que se ha ido formando en el progresivo avance, que aclara todo, que deja a los personajes en su sitio y enfila el argumento por el carril correcto.- Como escritor, como creador no hay nada como es golpe de adrenalina, la euforia que se descorcha efervescente, te llena de una alegría silenciosa y te apresura aún más en la escritura.
Por el contrario, no hay mayor agonía que ver la historia enfangada en un lodazal sin sentido, una historia que divaga sin su hilo conductor, una simple buen comienzo que no ha terminado de enraizar y que, probablemente, habrá que abandonar a su suerte en pocos días.
Por fortuna, aparece ese día, esa mañana, noche o tarde en la que el cerebro se retuerce, en la que en una explosión de casualidad retomamos la idea y le damos el sentido que antaño no tuvo. La mente no desperdicia nada, se lo aseguro, en un momento u otro recicla.
viernes, enero 18, 2008
Libros y brujería
Lo cierto es que es así. Y paralelo a ello aparece mi pasión por los libros. Y es así como una se convierte, si no en un coleccionista compulsivo, sí en un fisgón, siempre a la busca de nuevas y gratas adquisiciones.
La más reciente, un ejemplar de La Inquisición española, de Henri Kamen, un diccionario de brujería y satanismo, de esos que los bibliófilos matan por conseguir, El miedo en Occidente de Jean Delumeau (uno de los libros más recomendables para entender los mecanismos históricos y psicológicos del miedo desde lo social), y el libro en el que ando enfrascado ahora: Brujería e Inquisición en Aragón, de Ángel Gari, una espléndida, instructiva, clara y amena obra que nos introduce en el universo de la brujería como suceso histórico y popular.
Me detengo en este último por su novedad, y sobre todo por que, puede ser, para aquellos que quieran sumergirse en esta temática de forma rigurosa la mejor forma de hacerlo junto a la magnífica Las brujas y su Mundo, de Caro Baroja.
Cosas que sorprenderán: la idealización literaria y cultural que ha maquillado la auténtica brujería, pacata, vulgar, supersticiosa, ruda… mostrándonos una imagen idealizada hacia lo idílico o ennegrecida por un exceso de maquillaje terrorífico. Es curioso descubrir qué era lo que los supuestos brujos y brujas buscaban y hacían… curioso por lo simple e intemporal: dinero, poder y sexo. También interesante el papel que el clero instruido y algunos intelectuales tuvieron en el desarrollo de los tópicos asociados a la brujería, como Aquelarres, Conventículos, Familiares, pactos diabólicos, males, hechizos y sortilegios (siendo los auténticos creadores de ellos)
Lo dicho.
Sumérjanse, aprendan algo más del hombre y sus realizaciones más oscuras. Profundicemos en las capas más primordiales del conocimiento, de la interacción con el universo.
miércoles, enero 16, 2008
La mutación del mal
Esto me sucedió tras ver Halloween de John Carpenter. Después de escuchar parte de los comentarios que el director de festival de cine de Sitges realizaba, navegando por lugares comunes y citas históricas.
Me siento orgulloso, especialmente orgulloso de lo escrito.
Aquí les muestro una parte, el resto pueden leerlo en ScifiWorld, en mi artículo semanal
"[...]En toda cultura subyace un sustrato, en mayor o menor medida, maniqueo: enfrentamiento del bien contra el mal; son muy pocas aquellas que se libran de esta disposición. Esto es fácilmente visible en las culturas y periodos históricos en los que lo religioso tiene preponderancia, y sobre todo en el horizonte más popular, menos intelectual y académico. La tendencia a la personificación, la necesidad de ver, de corporeizar esas fuerzas enfrentadas, ha sido otra de las constantes a tener en cuenta. Tanto lo bueno como lo malo necesitaban ser palpados, asumir roles que permitieran una mejor ejemplificación, comprensión, o simplemente presencia. Dioses, diosas, demonios, diablos, monstruos míticos, divinidades de todo signo aparecieron y desparecieron a lo largo de los siglos. El género de terror ha dado buena cuenta de ellos, mostrándonos toda una galería de aportaciones malignas teñidas de con mayor o menor ambigüedad, de un sesgo religioso.
¿Pero qué sucede en los tiempos en los que la creencia es un valor en baja, casi extinto? ¿Tiempos donde moral y religión se separan? ¿Qué sucede cuando las imágenes creadas han perdido su función evocadora y sólo se mantienen como comparsa de un circo entre dantesco y humorístico?
Sucede que la dialéctica bien mal permanece, secularizada también, quizá pervertida y desequilibrada, las modalidades de aparición antiguas no sirven, se han quedado caducas, y por ello se han de buscar nuevas formas de expresión.[...]"
Ver artículo completo
jueves, enero 10, 2008
LLorar por el pasado, esperanza en el futuro
Estos días ando metido en la relectura de ese clásico que todo amante de este género de este país debiera también leer alguna vez: Historia Natural de los Cuentos de Miedo, de Rafael Llopis. El autor achaca ese desapego del que hablo a la nefasta influencia que los siglos XVII y XVIII tuvieron en nuestra cultura literaria; hablamos de una España abandonada, aislada culturalmente, fuera de las corrientes estéticas, sociales y filosóficas que discurrían en nuestros vecinos y no vecinos: neoclasicismo, romanticismo, empirismo, racionalismo… etc.. Hablamos de un país anclado en las ‘viejas costumbres’, supersticioso, misántropo, bruto y orgulloso. Un país en el que la incultura era signo, como dice LLopis, de virilidad, y donde cualquier entrada de aire puro era rechazado de plano, tanto por las clases dominantes (nobleza y clero) como por el vulgo, más dado a encontrar algo que echarse al gaznate cada mañana.
Pero para un más detallado análisis de esto de lo que hablo, les remito a dicho libro (ahora sólo presente en los circuitos de segunda mano, aunque debería haber alguna editorial que se atreviese a reflotar por su inteligencia, atino, carácter pedagógico y fascinante lectura)
Baste decir que la novela y el relato de terror modernos nacen de un ‘residuo’ que el romanticismo, con su reacción ante el racionalismo más asfixiante, deja en la sociedad: ‘la cultura popular’.
En España apenas ha existido ese concepto: cultura popular, tomado en su vertiente original. Nuestras clases dominantes siempre le tuvieron un encono especial a cualquier muestra de inteligencia, pues consideraban que una cantidad excesiva de reflexión crítica, de cultura, de atino, era perjudicial para la buena marcha moral del conjunto, y sobre todo para una mantenimiento a capa y espada de sus privilegios. La novela, el relato, son referentes puros de la cultura popular en el resto de Europa y en Estados Unidos: en ellos evoluciona, toma prestados elemento de su acervo cultural, roba, en algunos casos, elementos exóticos de otras culturas. Es un balón de oxígeno para el vulgo, una forma de afirmar su presencia, su influencia.
Aquí convivíamos con las vidas de santos, obras piadosas, un teatro gazmoño y una dejadez que apenas compensaban unos pocos autores, ahora consagrados por el paso de la historia.
Mientras: en Inglaterra se creaba la novela gótica, esta se desintegraba y mutaba hacia la novela policial y la de terror en su vertiente fantasmagórica —Maturin,James, Le Fanu, Bronte…; en Francia y en Alemania y demás países: Maupassant, Huismass, Balzac, Hoffman, Heine y otros muchos, se centraban o jugueteaban con el fantástico más o menos macabro, diabólico o numinoso; en Estados Unidos lo mismo hacían Irving, Hawthorne, Poe…
Y aquí, bueno, aquí mejor no llorar: teníamos la miseria, el orgullo, la ignorancia y la hipocresía. Las clases cultas haciendo ostentación de un elitismo vacío, de una verdad sobredimensionada y cerril.
¿Y ahora qué?
Parece que el fantástico resurge con fuerza, si no en el mundo editorial, sí en una nueva generación de creadores que se arriesgan, que hacen frente a los nuevos enemigos; por un lado de esa otra cultura popular facilona, circuito de superchería, chabacanería, cuchicheo, escándalo, cotilleo y fama facilona; por otro el elitismo cultural cerrado y experimental del academicismo que abjura del fantástico como un vampiro clásico del ajo, que se considera el portador del canon literario, luminaria única del desarrollo de las letras; y aún más, por al invasión de obras ajenas de calidad más que dudosa, pero de rápido yalto beneficio económico para las editoriales.
¿Qué será de ellos? ¿Qué será del relato, de la novela de terror en España a partir de ahora?
Les invito a comprobarlo.
miércoles, enero 09, 2008
De nuevo en SciFiWorld
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Monstruoso... o como zaherir al espectador desprevenido
Es la imparable estrategia comercial de Monstruoso —Cloverfield, para los amigos—, la nueva película de bicho devastador, de catástrofe y escabechina, creada por J.J. Abrams, también padre de la criatura televisiva Perdidos, dirigida por Matt Reeves.
¿Qué no saben nada?
Dios mío, entonces son ustedes de los pocos afortunados a los que eso del Marketing viral no ha contagiado hasta la nausea con una embestida tras otra. Y es que, quizá, el dichoso monstruito de marras, sí, otro más al que le da por arrasar la mítica ciudad de Nueva Cork, aunque sin rostro ni cuerpo, ya ha dado la lata por internet más que cualquier video casero de porrazo y risa fácil, maciza plástica zumbona, o patán de miembro ciclópeo.
Creo que he perdido la cuenta de rumores, de esas cosas llamadas teasers (Dios mío, ¿cómo he podido vivir hasta hora sin saber lo que era eso? ), de trailers en idiomas mil, trasuntos del bicho de marras y demás zarandajas publicitarias destinadas a sembrar la duda y el interés en igual medida.
¿No lo notan? Odio ese tipo de promociones. Sueles ser sustitutivos de un producto mediocre, meras alharacas y fuegos de artificio que deslumbran, pero no terminan de iluminar nada.
Son como antibióticos mal usados, y ya saben ustedes, queridos lectores, ¿qué es lo que sucede cuando abusamos de dichos elementos? Que en este caso cualquier película de buena factura, excelente guión y demás beldades, cuando asoma la cabeza, se ve ninguneada por ese asqueado “ya estoy harto, me están vendiendo otro cuento”.
Quizá Monstruoso sea una gran película, ojalá me equivoque en mi intuición; ojalá disfrutemos en la pantalla y me olvide de estas palabras. Pero mucho me temo que los amantes del género fantástico, y lo que es peor, los que no lo son y andan buscando reconciliarse, recibiremos el enésimo varapalo envuelto en un papel preciosista, en caja de colorines, perfumado y con lazo
Y si no se lo creen, echen un vistazo a cualquier web dedicada a lo fantástico y el cine, lean los últimos artículos, las últimas entradas, y cuenten, cuenten: a ver cuantas de Monstruoso o Cloverfield encuentran
viernes, enero 04, 2008
La cosa
Y sin embargo uno mira atrás y contempla con sana envidia maravillas como Alien, el octavo pasajero, y la que hoy me trae de nuevo con ustedes: La Cosa, el film de John Carpenter
Si nos preguntamos cuáles son los aciertos de La cosa, primero deberíamos olvidarnos del monstruo en sí para recorrer con mirada temerosa cómo el director genera un entorno físico y psicológico apabullante. Los dos aciertos de la película son estos, no tanto el formato físico que plantea el monstruo, con sus apariciones terroríficas, y los efectos especiales asociados.
No, la historia bebe de dos miedos arcaicos, la soledad y el engaño.
Recordemos que la película se desarrolla en una base antártica. Por casualidad, un ente alienigena, que tiene la capacidad de infectar para luego mutar y suplantar a cualquier ser vivo, se introduce entre los componentes de dicha estación.
El encierro opresivo de la antártica, la soledad que rodea y define al grupo, asilados del resto del mundo, expuestos a un peligro invisible, un peligro que hace que uno dude hasta de su mejor amigo, Carpenter se recrea y nos enfrenta al terror en su estado más puro. La duda como antecedente de la inquietud, la desconfianza como previo al temor, la incertidumbre como generadora de terror.
En cierto modo son elementos que también se explotan en mayor o menor grado en su antecedente: Alien, donde quizá la soledad, orientada hacia la soledad del individuo, más que hacia la soledad como aislamiento del grupo, adquiere un mayor énfasis.
Atención a la banda sonora que acompaña a las imágenes, sobria, efectista sin caer en la exageración, contrapunto perfecto que sin cobrar protagonismo, subraya nuestro miedo con una línea vacilante.
La cosa tiene un antecedente en la conocida y estupenda a su manera El enigma de otro mundo. Ambas están basadas en un relato de John W. Campbell Jr. (who goes there?), aunque la versión de Carpenter es más fiel al argumento de dicha creación.
No se la(s) pierdan. Es (son) un clásico.
miércoles, enero 02, 2008
Nuevo artículo en SciFiWorld
Espero que os guste.
... Y, por supuesto, Feliz Año a todas y todos
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lunes, diciembre 31, 2007
Miedo
Podría decir que ya no siento miedo, que la oscuridad no me asusta, y es cierto, salvo alguna que otra vez que vuelvo a la casa paterna y debo recorrer ese trecho a solas, en la negrura, de nuevo.
Siempre fui un chico medroso y asustadizo, de esos que se tapaban la cara con un cojín o se escondían debajo de la mesa cuando Ibáñez Serrador alcanzaba a inquietarnos con sus Historias Para No Dormir, o cualquier filme de terror amenazaba mi tranquila existencia de tímido infante… Y quizá sea por eso al reacción posterior; aquel miedo no era sino un germen de fascinación, y ahora, en lugar de esconderme, busco, busco con ansiedad buenas historias de miedo que me impulsen a esconderme de nuevo bajo la mesa.
Por eso les auguro para el año que entra, nuevas y jugosas entradas, reseñas, comentarios…
Feliz año nuevo
Y para empezar dos recomendaciones:
En cine, vean ‘La niebla’ de John Carpenter. Si es posible la edición especial de dos discos que ha salido al mercado recientemente.
Como lectura, por favor, antes de ir a ver lo que se está dibujando en palabras de demasiados críticos una fallida versión del original…. Sí, antes lean la maravillosa ‘Soy leyenda’ de Richard Matheson.
jueves, diciembre 27, 2007
Historias del señor embajador
—Oye, tío. Que el otro día me leí Sleepy Hollow. Y no veas, tío, qué buena.
—Pero qué me dices. ¿Leer? Dirás ver, tío. La peli rara esa del Tim Burton, la del tío que iba por ahí cortando cabezas.
¿Irreal? ¿Ustedes creen? Les recuerdo que vivimos en un mundo donde la cultura popular ha cambiado de sustrato. Estamos en el mundo de la cultura audiovisual, rápida, efímera y superficial. El esfuerzo de profundización que requiere la lectura a veces es demasiado tedioso y comprometedor… pero a lo que íbamos.
Y lo que quería era hablar de Washington Irving, ese maestro del romanticismo nacido en la vieja Nueva York que cabalgaba entre el siglo dieciocho y el diecinueve; abogado, viajero, periodista, diplomático y sobre todo, escritor.
Un olvidado.
¿Acaso piensan que muchos saben que la historia de la que he hablado al principio es suya? ¿Y mucho menos que fue embajador en España y que escribió un maravilloso libro de historias, mezcla de fantasía y folklore, ambientadas en la Granada musulmana llamada Historias de la Alambra?
Recuerdo, y así puedo parecer un viejo cascarrabias anclado en el pasado, recuerdo digo, esas maravillosas tardes de lectura juvenil en las que el viejo Knickerbocker relataba esos cuentos basados en historias populares alemanas, de tipos que dormían cientos de años y otros a los que un jinete sin cabeza perseguía irremediablemente. Me refiero a sus Cuentos del Antiguo Nueva York, una joya, una auténtica joya poco valorada y recordada excepto por dos de sus elementos.
La fantasía en Irving se desliza con el paso sutil de ese romanticismo más elaborado, menos visceral, ligeras gotas de esencia que perfuman el texto.
Lo dicho, que lean a este autor… y, a pesar de lo dicho, no dejen de ver cualquier película de Burton; él no tiene la culpa de que algunos y algunas piensen que Sleepy Hollow sea obra suya.
jueves, diciembre 13, 2007
Historias Asombrosas
Es por ello gratificante anunciar la salida al mercado de un nuevo proyecto: Historias Asombrosas, una publicación trimestral nacida en el seno de la revista digital SciFiWorld, de la mano de David Mateo (Tobías Grumm), lo cual es sinónimo de que encontraremos calidad, mucha calidad.

Anímense, adelante... ya tardan en reservar su número.
Ver noticia en SciFiWorld
miércoles, diciembre 12, 2007
Los pájaros, en SciFiWorld
Esta vez los castigo con un comentario de los míos al respecto de la magistral película Los pájaros.
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lunes, diciembre 10, 2007
Historias que hacen que uno se sienta bien
John Steinbeck ha sido siempre uno de mis escritores favoritos. Su obra es una perfecta, simple y hermosa conjunción de los elementos esenciales del alma humana, de la vida misma. Pocos como él son capaces de describir la miseria humana y la alegría de vivir con ese acierto y crudeza. Hay en su obra una punto de fatalismo, un punto de amargura, de desconfianza en la humanidad. Y, periódicamente, de vez en cuando surge una especie de rechazo ante esa visión oscura y desarraigada. Como si el autor necesitara una limpieza interna, desembozar las cañerías de la porquería que las recorre habitualmente
Un ejemplo de esa reacción, son sus obras Cannery Row y Dulce jueves, dos joyas literarias que, aunque quizá no estén a la altura de sus grandes creaciones trágicas: al este del edén, las uvas de la ira, la perla... son soberbias a su estilo.
Y es que en ellas late una alegría de vivir espontánea, una forma de ver la vida optimista, da igual que todo huela a derrota, que los protagonistas sean una cuadrilla de perdedores, unos desarraigados. Hasta de la más absoluta desesperación surge o puede nacer el optimismo y las ganas de vivir.
Esta visión vitalista se trasalda a la versión cinematográfica de estas obras: Destinos sin rumbo, donde vemos a un Nick Nolte en un registro extraño a él.
Les recomiendo que busquen, que se hagan con una copia de esa película, que la saboreen con calma.
Cada vez que me siento decaido, cada vez que la vida se me hace cuesta arriba, busco Dulce jueves -Cannery Row, desafortunadamente es casi imposible de necontrar en español- saco unas horas, silencio y disfruto.
Lean o vean...
miércoles, diciembre 05, 2007
Taponazos de champaña
Uno de los formatos con los que más disfruto de las creaciones de terror, aparte de considerarlo el formato por excelencia, es el del cuento o relato, en cualquiera de sus variantes tanto de longitud, como de estilo. Con el paso del tiempo me he ido creando un gusto, ha ido adquiriendo manías que, a veces, en mi magna estupidez, considero directrices, aunque no sean más que excrecencias de eso llamado gusto o inclinación.
Me gustan sobremanera los relatos sobrenaturales de trama lenta, donde la tensión evoluciona, crece y se mantiene. No acaban de atraerme los cuentos experimentales que juegan con los instintos o los rincones oscuros de la psicología humana, aunque hay excepciones maravillosas. Pero, y lo he comprobado al terminar de releer la antología de Martínez Roca, El festín de las máscaras, cada vez me gustan menos esos relatos que basan su poder de seducción en una sorpresa final, sin más; no me llenna por muy imaginativos que sean, por muy elaborada que aparezca su catarsis… son creaciones que me aburren. Es como si el escritor se viera obligado, en casi todos los casos, a compensar su falta de buen hacer literario, su déficit de estilo, sus carencias lingüísticas, mediante un deslumbrante truco final de prestidigitación creativa.
Para ser un buen escritor de terror no sólo hace falta tener imaginación, empuje, pegada, también, como su propia denominación indica, hace falta ser buen escritor. Y eso se demuestra con un manejo del lenguaje, del tiempo, de la tensión, de los recursos estilísticos.
Cuando termino de leer uno de esos cuentos, como yo los llamo, tipo taponazo de champaña: mucho esfuerzo e ilusión para un sonoro taponazo y un trago que solo tiene burbujas, me encojo de hombros, me pregunto qué ha llevado a ese seleccionador a dejar en la cuneta a algún buen escritor, tantas buenas obras, sólo por ese fugaz poder de fascinación de una bengala tan brillante como perecedera.
Manías de viejo lector.
Manías al fin y al cabo, sólo eso.
El retrato de Jennie, en SciFiWorld
Como les digo en el artículo al respecto en el webzine, atrévanse, consíganla.
El retrato de Jennie
jueves, noviembre 29, 2007
A pesar del virus...
Se trata de un relato pausado, con ese estilo de narración depurado de quien sabe que trae entre manos una historia, repito, de corte clásico, que necesita de un tempo y de una metodología muy precicos. Quizá el terror se muestre elusivo, que no inexistente, pero la calidad del relato hace que esa falta se vea compensada con creces por el goce de la lectura, por el mero hecho de estar leyendo una buena historia, bien contada.
Así que, desde mi infección vírica, dos recomendaciones: Creepshow (sin palabras, se basta y sobra ella misma - abstenerse los que sientan sarpullidos con lo ochentero o no tengan sentido del humor) y ese relato de Leman.
martes, noviembre 27, 2007
Artículo en Scifiworld - el viejo mito del vampiro, renovado
Ver artículo.
viernes, noviembre 23, 2007
El género literario del montón
"Hubo un autor que pasó el año anterior por el taller de literatura fantástica que llevo a cabo en Moncofa y le dijo a los niños que escribir terror era un ejercicio sencillo, que puede hacerlo cualquiera y que él no se metía en esos andurriales porque le parecía un género literario del montón. Hoy pienso: coño, que suerte tienen algunos. [...]"
Lo cierto es que a tipos como a ése les propondría el reto de demostrar sus palabras con hechos. Dentro de esos arranques de supuesta lucidez intelectual hay un derroche de desprecio inconsecuente, de desconocimiento, de orgullo mal enfocado. A este señor le respondería que escribir un relato, un texto perteneciente al género del terror, no es diferente de escribir cualquier otra cosa, o se hace bien o se hace mal.
Y es que ya estamos con ese maldito miedo a los géneros, algo que, no sé si estos torpes se darán cuenta cuando abren la boca, es lo mismo que despreciar a la propia literatura. Que nos encontramos demasiados ejemplos de mala literatura, es cierto; que el autor de género puede caer en al tentación de disimular sus falencias estilísticas, sus pocas aptitudes literarias con una serie de trucos sencillos, torpones y efectivos, también es cierto. Pero no menos real es que sucede los mismo en cualquier tipo de literatura,y no escucho a nadie que eleve la voz poniendo a parir a Cervantes, a Torrente Ballester, a Luis Cernuda, a un Marías, a tantos.... por el mero hecho de que diez mil petimetres de la palabra emborronen el haber de la prosa seria con esas nefastas obras que inundan los anaqueles de las librerías. No hagamos entonces lo mismo con un tipo de creación tan válida como cualquier otra. Al César lo que es del César. Si es bueno, entonces hay que reconocerlo, lo mismo con el esfuerzo que haya hecho ese autor.
Claro que, después de haber intentado poner en su sitio a estos pseudo intelectuales de la literatura, los aficionados, los propios creadores de terror también debemos ejercer una seria auto crítica. Hay demasiado ombliguismo, demasiada falta de agallas para poner en sus sitio el material que es basura, para exponer con claridad y rotundidad los defectos que adolecen buena parte de las obras de terror que se escriben en la actualidad: falta de imaginación, nefasto estilo, errores de bulto en la gramática y la composición, repetición de argumentos...
Pero no soñemos, no pensemos que si todos los creadores de género terrorífico fueran una plumas aquilatadas y de calidad las cosas iban a cambiar. La inercia del mundo editorial es demasiado fuerte, la prevención ante el que es considerado el género más menospreciado
seguiría ahí.
Entonces, ustedes podrían preguntar ¿qué solución hay? Y yo les respondería con una sonoro no lo sé; que lo único que podemos seguir haciendo los que escribimos es escribir, hacerlo mejor cada vez. Y que los que leen, sigan leyendo, que lo hagan con seriedad, con responsabilidad: sin amiguismos ni ramalazos, permitan el palabro, fandomitas y endogámicos. Lo bueno es bueno, y de lo malo hay que huir como de la peste.
Y sigan leyendo, den oportunidades a los creadores de terror, porque, al fin y al cabo, lo de menos es el género; es la literatura lo que importa, lo importante es disfrutar de esos maravillosos objetos llamados libros.
miércoles, noviembre 21, 2007
Artículo semanal en SciFiWorld
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Revista Cthulhu
No sé si alguno de mis lectores vivirá en Málaga o en sus alrededores. Si es así, podrá acudir a la presentación de la nueva andadura de la Revista Cthulhu.
Se trata de una revista que centra su contenido de forma preferente en la narración gráfica, sin desdeñar los relatos. A ese respecto me siento orgulloso de que me hayan escogido para aparecer en este número tres, con sabor a número inicial, con uno de mis relatos: El atajo.
Y fuera autopromoción; digamos la verdad, el material que he podido ver es de primera calidad, y si el resultado esta en relación al entusiasmo que los creadores han aplicado en su tarea, entonces podremos disfrutar de una revista espléndida.
Revista Cthulhu en su nueva temporada en ediciones Diábolo
Sábado 24 de noviembre a las 19:00
LIBRERÍA EN PORTADA CÓMICS (Plaza Mitjana,1. Málaga)
martes, noviembre 20, 2007
Cita con Lovecraft
Paladeo con fruición una vieja gloria. De vez en cuando echo mano del ajado ejemplar de Los mitos de Cthulhu, de Alianza editorial, lo abro al azar y me leo alguno de sus relatos. En un arranque de sibaritismo, suelo asociarlo a un buen cigarro, un buen vaso de licor y una pieza musical adecuada a la oportunidad.
Es un libro con historia, de esos que tiene una carga emocional a su espalda. Y es que quizá haya sido con esta obra con la que asomé la cabeza a la literatura de terror de calidad, ya no sólo como mero lector, sino como ejecutante, como creador.
Es peculiar; cuando leemos biografías, prólogos, reseñas… nos encontramos que buena parte de los actuales creadores de terror se han visto influenciados de una forma evidente en sus inicios por Lovecraft y sus ‘acólitos’. A la postre es una influencia que luego se diluye, que se queda como un poso de profundidad, de esos que sólo se revuelven muy de vez en cuando.
Digamos que Lovecraft es un fantástico iniciador. Y al César lo que es del César, se podrá poner en duda su estilo, hasta si nos ponemos muy académicos, su calidad literaria, incluso su definición como escritor de terror, cuando quiza —dicen algunos—habría de ser considerado un creador de fantasía y ciencia ficción; pero lo que jamás se le podrá negar al misántropo de Providence es la extraordinaria influencia que ha tenido, tiene y tendrá en las generaciones de creadores posteriores a él.
Lovecraft tiene ese don de la oportunidad que sólo unos pocos elegidos poseen.
Lovecraft tiene un espectro de edades muy concreto en donde, sea la casualidad, sea el destino, sea la curiosidad, su influencia y fascinación se hacen patentes y definitorias (a un lado y a otro, admiración u odio). Es algo similar a lo que sucede con escritores del tipo de Herman Hesse, Tagore… Durante unos años están ahí, imborrables, adorados; para luego irse diluyendo. Incluso aparece un estadio en el cual quiere surgir un germen de reniego, de negación, de desapego: uno encuentra cosas nuevas, acomoda su gusto… pero a la postre el reconocimiento, el agradecimiento se mantiene.
Gracias, viejo loco, gracias artista de lo sobrecargado, de lo barroco, de lo numinoso, horrible y reptante.
Y gracias a la Editorial Alianza. Si no hubiera sido por ella, muchos de nosotros, aquellos que ya pasamos la treintena, no hubiéramos tenido la oportunidad de encontrarnos frente a frente al Maestro. Una labor que han tomado con renovado interés nuevas editoriales, aunque para muchos de nosotros, aquí en España, Lovecraft seguirá teniendo ese olor a libro de bolsillo desgualdramillado de tantas lecturas alocadas.
Recomendable es, además de la lectura de sus relatos, y de los escritores de su círculo, la de la biografía de Sprague Le Camp que Valdemar ha reeditado en bolsillo.
Si estás leyendo esto, no has conocido a Lovecraft, y te interesa, mi recomendación es que vayas a una librería cualquiera, compres Los Mitos de Cthulhu, una colección de relatos del autor de buena parte de su círculo de admiradores, seguidores y acólitos; cojas libres un par de noches y te encierres en un cuarto oscuro, con la luz de la lámpara bien suave, a leer, a dejarte atrapar, a soñar y a pasar algo de miedo.
Por cierto, y esto es un añadido posterior que corro a poner entusiasmado...
Valdemar publica el segundo volumen de las obras completas de Lovecraft, casi mil paginitas con todo lo que faltaba para completar su obra propia de ficción completa.... jugoso, jugoso.
viernes, noviembre 16, 2007
Básicos del terror. ¡Te pillé!, de Ray Bradbury.
¡Te pille! puede ser calificado como un divertimento menor, sin embargo es uno de los mejores relatos de terror que haya leído. Breve, de lenguaje sencillo, directo, certero: un relato que apunta los miedos más arraigados de una forma sutil pero efectiva.
¿Qué puede hacer que una relación perfecta se tambalee? ¿Un inocente juego del escondite? ¿tu compañera, su sonrisa? Sí eso basta, sobra si se sabe manejar, si se apela al fondo oscuro que se oculta hasta en lo más sencillo e inocente.
Fue en le Hispacón de Sevilla donde surgió la pregunta de qué derroteros podía tomar el actual terror para no encasillares y evolucionar.
Siempre he creído que parte de la respuesta está en lo cotidiano, en saber enlazar el terror a los gestos, a las rutinas, a los objetos y actitudes corrientes: la lluvia, un teléfono, un ordenador, una habitación, una prenda de ropa... cualquier cosa que ya tengamos catalogada en nuestro ser racional como inocente e inofensiva, y a la que podamos, como autores, arrebatar esa condición de inocencia de forma despiadada.
Léanlo, yo lo he encontrado en la recopilación Horror 6 de Martínez Roca, col. gran súper terror.
jueves, noviembre 15, 2007
El virus 'innsmouth' se propaga
Sí, es cierto, hay gente que ha considerado que estos desbarres que amablemente han ido siguiendo en la breve vida de mi blog, me hacen merecedor de ir un poco más allá.
Gracias a David Mateo (Tobías Grumm) a partir de hoy colaboraré de forma periódica con alguna columna, artículo o similar en la revista digital 'SCIFIWORDL'.
Espero no defraudar esta confianza.
El primero de, espero, esta larga lista de dislates está dedicado a la película Los abandonados, de Nacho Cerdá [ver].
Bueno, espero que disfruten.
Les aseguro que la revista es buena, muy buena... y no precisamente porque escriba yo en ella.
lunes, noviembre 12, 2007
Noche cerrada, de Emilio Bueso
Hay un tipo de literatura de terror actual que se ve influenciada por la narrativa cinematográfica: el peso de la narración lo llevan los diálogos, los personajes son simples, definidos por unos pocos rasgos esenciales y aquello que mejor lo define es su propio comportamiento. Bueso, en Noche Cerrada exprime este modelo al máximo.
Nos encontramos ante una novela de terror de lectura acelerada, de esas que nacen con la intención de no dejar respirar al lector en ningún momento, de asustarlo sin remedio, de enfrentarlo al terror siempre que es posible. Y en casi todos sus capítulos lo consigue.
Tuve la suerte de estar en la presentación de este libro en la Hipacón de Sevilla, y pude escuchar cómo el autor tuvo sus más y sus menos debido a la temática subyacente (el origen del mal, del terror es una fosa común de la Guerra Civil Española). Creo que cualquier crítica a ese aspecto es gratuita. No hay falta de respeto, no hay hipocresía, no hay gratuidad. Se trata de una cuestión de fondo argumental como cualquier otra. Hay algo llamado libertad de reación, y meintras em respeto y la verdad estén ahí, de ecabecera, no nos debemos escandalizar de nada.
El libro es, en términos generales, bueno. Promete lo que da, un buen rato de entretenimiento y terror.
Tiene algunos defectos que espero el autor vaya puliendo conforme gane experiencia. El mayor, quizá, ha sido el final apresurado, muy apresurado, la inclusión en el de un personaje importante en un estadio demasiado tardía de la narración, lo que le quita fuerza, una fuerza que realmente debería poseer, y que debería haber venido apareciendo a lo largo del desarrollo anterior de la trama. Quizá, Emilio, también debiera reconsiderar algunos diálogos en los que los personajes, cual profesores de universidad ofrecen lecciones magistrales de historia y biología. Es lo malo de usar la primera persona y el diálogo como ejes narrativos: hay elementos que necesariamente no casa bien con esa forma de narrar, pero que el autor se ve obligado a hacer aparecer por la completitud del argumento.
Pero no se confundan. Es un libro a tener en cuenta, endiabladamente mejor que algunos de los mamotretos extranjeros que últimamente nos vemos obligados a tragar queramos o no.
miércoles, noviembre 07, 2007
Monstruos
La discusión, aparte de otros muchos ramales, terminó con una pregunta muy interesante: ¿De alguna forma, es posible revitalizar el fenómeno del monstruo en el terror actual?
Una de las ideas que aparecieron, fue la de que el monstruo, como lo pensamos, como lo enmarcamos, según el molde de nuestras lecturas y visionados de películas, se ha marchitado. Un vampiro, un hombre lobo, un Frankenstein… están, en cierto modo, demasiado quemados. Revisitarlos viene a ser más bien una reelaboración en la que lo que variamos es más el entorno y ciertas condiciones de contexto, en las que, hacemos un doble tirabuzón con carpa y marcha atrás… que a la postre viene a ser un simple salto sobre lo mismo con un lavado de cara.
Sombrío futuro se le presentaba al monstruo, sobre todo, tal y como dijimos, teniendo que luchar contra la figura protagonista del terror en los últimos tiempos: el asesino, asesino en cualquiera de sus múltiples variedades, asesino como, quizá, personificación de el desquiciamiento moral de la sociedad, de la irrupción de lo aleatorio como referente del terror (aleatorio como paralelo de lo que vivimos, cualquiera, en los tiempos que corren, puede ser víctima, sin más, sin explicación racional).
Sombrío digo.
Y sin quererlo, mis últimas lecturas, creaciones, películas, vienen a demostrarme que, en cierto modo, estábamos equivocados. Al monstruo le queda mucha vida además de la del pobre y manido Zombi.
Lectura: el libro de Emilio Bueso, Noche cerrada, donde se revisita la figura del fantasma sin que este personaje nos suene acartonado, falso y acabado. También la revisión de The Ring, el libro, que, lo mismo que dijimos en la mesa redonda, me confirma que a veces el terror, el miedo, se apagan por una simple cuestión social de costumbre; y que un giro, un sesgo en la presentación, una imagen plasmada con los ojos de otra cultura, aunque de fondo posea la misma esencia —un fantasma made in japan— puede asustarnos mucho más que su homónimo occidental sólo por al diferente forma de verlo que ellos, dicha cultura, posee y nos transmite.
Película: y es el origen de esta entrada:
Los Abandonados, de Nacho Cerdá, donde la presencia de un monstruo muy olvidado en la creación contemporánea, muy usado en la época romántica, devuelve a una simple historia de aparecidos, de casas encantadas, una fuerza y una capacidad de asustar como hacía mucho que no veía: el doble.
ES de agradecer que de vez en cuando se nos recuerde algún elemento a medio olbçvidar de nuestro acervo mítico
Gran film. Sobrecogedora en su simplicidad, aterradora aún cuando (supongo que el director lo pone ahí a conciencia, a drede) sea en algunos momentos previsible, y creo que su fuerza reside a veces en esa previsibilidad, sugerente técnica para crear la ansiedad necesaria proemio al miedo, al escalofrío.
Escritura: el próximo relato que aparecerá en una revista (ya les diré algo concreto en su momento) escrito por mí… una revisión que hacía años que deseaba hacer sobre el mito del ‘coco’.
No, el monstruo no está muerto, está esperando que encontremos su paradigma moderno… ¿el zombi? Podrían decir algunos. No creo, apenas posee ya fuerza,y la poca que le resta viene dada por los efectos que le rodean, por el rizo en el argumento, no por el ser en sí.
Conclusión… el monstruo no ha muerto. Siempre formará parte de nuestra herencia psicológica e inconsciente. Siempre será un mecanismo para dar miedo, para crear angustia, como símbolo de lo diferente, de la maldad subyacente, del mal inconsciente… de la fealdad moral trasplantada a lo físico. El monstruo revivirá en otras formas.
Recomendación: Los abandonados, de Nacho Cerdá…. Demostración de que el cine de terror patrio está muy vivo.
Agradecimiento… a David Jasso por machacarme la cabeza para ir a Sevilla, por su ofrecimiento de participación en la mesa redonda, por soportarme…
martes, noviembre 06, 2007
En la Hispacón... un resumen

Todo comenzó con la presentación del libro Desde el taller: una recopilación de relatos escritos por los compañeros del taller de escritura Taller_7_CCF. Alfredo Álamo, Inma y yo mismo mostramos a todos quisieron vernos el buen resultado que se obtiene con una fórmula de trabajo, seria y eficaz. Por fin pude ver el libro, palparlo... una sensación única.
Es una lástima que no se distribuya en España, pero animo a mis lectores argentinos a hacerse con un ejemplar. Recuerden Ediciones Desde la Gente: 'Desde el taller'. Y recuerden a la gente de ese taller, daremos que hablar

(Como colofón, Sergio Gaut vel Hartman, alma mater del taller, ganó el Ignotus en la categoría de mejor ensayo... enhorabuena: merecido, muy merecido)
Posteriormente, a la carrera, llegue al segundo de los actos: la mesa redonda junto a David Jasso, Alfredo Álamo, de nuevo e Ismael Martínez. 'Las tres culturas del terror: el monstruo, el asesino y la víctima'. La verdad es que sólo diré que fue una experiencia única, y sobre la que ahora no me extenderé, puesto que los temas que allí se trataron, son susceptibles de dar material para nuevas y enjundiosas entradas.
Luego, junto a la presentación del libro del taller, aquello que me obligó a ir a Sevilla:
La presentación oficial del proyecto NOCTE, La Asociación Española de Escritores de Terror.
Sí, al fin, parece que el proyecto se lanzó al ruedo. De nuevo junto a David, Alfredo, Ismael, Emilio Bueso, Juan Díaz Olmedo y algunos amigos más (aunque faltara Santi Eximeno) , pudimos gritarle al mundo, a la afición, a los frikis, aficionados, editoriales y humanidad en pleno, que vamos a abrir camino, que vamos a intentar sacar de su pozo a la literatura de terror... en posteriores entradas de este blog les iré informando.

Por último y no por ello menos interesante, acudí a la presentación del libro de Emilio Bueso, Noche cerrada. Del que pronto espero poder darles cumplida noticia y crítica. Aunque a primera vista es más que recomendable el arriesgarse a comprarlo y leerlo.
Una jornada inolvidable a pesar de la velocidad con la que todo transcurrió. Una jornada en la que puse cara a muchos amigos, conocí a nuevos y me sumergí un poco más en este peculiar universo, me inflé a Manzanilla, pescaito y samorejo.
Antes de despedir esta entrada, agradecer a mis amigos Ana y Raúl el habernos llevado a Sevilla en una buena paliza de conducción, su compañía alegre y su amistad.
Y sobre todo un beso a mi pequeña gran mujercita, paciente, comprensiva... siempre ahí al lado. ¿Qué haría sin su confianza y apoyo?
Qué tierno....